Opinión

Mal servicio

LA CONCESIONARIA de la Autopista del Atlántico podría ser un ejemplo de que eficiencia, entiéndase que para el usuario de un servicio y para los recursos públicos, y gestión privada no van siempre de la mano. No se identifican porque sí. La supresión de personal para cobro en las cabinas de peaje, para quien se incorpore a la A-6 en dirección a Lugo, por ejemplo, es una muestra de ahorro para la concesionaria pero no de mejora del servicio para el usuario. No hay ninguna advertencia al automovilista que se incorpora a la Autopista del Atlántico de que cuando vaya a salir para entrar a la A-6, procedente de Santiago y en dirección a Lugo, la única forma de pago que tiene es automática. Las colas en días normales son algo habitual en los puestos de peaje por la ausencia de personal. Máximo, una cabina con personal. Fomento avisa de nuevo a la concesionaria de que esta situación no es válida. Los avisos no deben ser suficientemente convincentes puesto que el problema se prolonga, y agrava, en el tiempo. E incluso en las retenciones clásicas de algunos puntos en verano, las advertencias a la concesionaria le suenan a música de cámara.

Adiós a Zapatones

Juan Carlos Lema, ‘Zapatones’, se integró en el rico patrimonio arquitectónico de la Praza do Obradoiro compostelana, esa que le hizo decir a Giscard "C’est magnifique". Zapatones fue un icono en el actual resurgir del fenómeno jacobeo. Merecería un canto de ciego, que le recordase desde Saint Jean Pied de Port a O Cebreiro y a Compostela. Seguro que el señor Santiago y Faustino Santalices le reciben en algún espacio de paz eterna con música de zanfona y romance de don Gaiferos. Como fenómeno mediático no programado ni impulsado por estrategias de márketing, al menos que se sepa, merece que la ciudad de Santiago lo recuerde ahora que se acaba de morir. Zapatones será enterrado hoy en la Costa da Morte. No es detalle menor.

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