Opinión

Asideros que arrastran

"PENSAR SIN ASIDEROS" es una propuesta que nos dejó Hannah Arendt. El libro está recién salido del horno en Página Indómita. Es la segunda entrega en español de los ensayos de comprensión de la pensadora –filósofa, socióloga, politóloga– que por su condición de judía huyó de la Alemania nazi, su país, y se asentó en EE UU Es toda una guía para la actualidad. ¿Qué queda? "Queda la lengua materna", según confesó en una extraordinaria entrevista en la televisión pública al regresar de viaje a Alemania en 1964. Era ya ciudadana americana. Entonces, las televisiones públicas dedicaban algo más de una hora a entrevistar a quien tenía algo que decir para utilidad general. Está en YouTube. Por supuesto, Arendt con su cigarrillo. Viene bien esta cita frente a quienes desprecian esta realidad de la lengua materna, formulada por quien fue expulsada y perseguida en su patria. Pero aun después, queda la lengua materna. Volvamos al pretexto de la invitación inicial: la necesidad de contar con ciudadanos que no se muevan ni decidan por servidumbres gregarias, por criterios de "colectivo", por la comodidad de hacer acríticamente propio el discurso dominante o el que pretende dar respuesta desde el sentimiento a los desafíos y a los problemas. Estamos en esa fase con quienes protagonizan mayoritariamente el procés, por ejemplo, y el "contraprocés" que se basa en las banderas. O cuando una mayoría opta y vota por la respuesta simple frente a la complejidad de las situaciones y los problemas.Necesitaríamos que los discursos y los mítines fuesen invitación a la reflexión, aportaciones para que el ciudadano piense y decida por sí mismo. La letanía de consignas y anuncio de soluciones simples y mágicas para problemas graves y complejos, como está sucediendo, es la trampa de asideros que arrastran pero que no hacen ni sólida ni firme a la sociedad que los cultiva.

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