Opinión

Laberinto y renovación

LA BUENA evolución del descenso en el número de parados y del crecimiento del personas cotizantes a la Seguridad Social con que se cerró diciembre en Lugo, Galicia y España pueden contraponerse, sin triunfalismos pero como una cierta base real para la esperanza, al general pesimismo que caracteriza los pronósticos de todo tipo, no solo desaceleración de la economía, para este año 2019. En el plano político, el contencioso, al menos de declaraciones, que mantienen en Andalucía los aspirantes a desplazar del poder después de cuarenta años al PSOE, puede alimentar ese pesimismo en las miradas sobre 2019. Ni el elemento de discusión -la violencia contra la mujer- ni la radicalidad de la intransigencia-inflexibilidad por parte de Vox "o se acepta sus condiciones o no hay gobierno de PP y Ciudadanos", permiten optimismo alguno en los pronósticos para un año electoral.

La fragmentación de la representación puede ser toda una expresión del pluralismo real de la sociedad y del malestar por la injusta redistribución de los costes y sacrificios de la crisis, pero es también el camino a un laberinto que puede tapiar las salidas de la gobernabilidad. Esa posición para la formación del gobierno en la Junta de Andalucía por el partido que apareció como sorpresa avala a las prevenciones desde la moderación y el constitucionalismo frente a Vox. No es solo estrategia partidista. Hay distancias. O debería haberlas. En el escenario general, donde abundan las incertidumbres y los peligros, mientras se plasma en realidad en Brasil la llegada al poder de un líder que anuncia "purga" de funcionarios "comunistas", la demócrata Nancy Pelosi asume la presidencia del Congreso de los EE.UU., desde donde aumentará el control y la presión sobre las políticas de Trump. La nueva representación en el Congreso muestra una renovación profunda del Partido Demócrata.

Comentarios