Opinión

Difundir falsa ciencia

La muerte de un bebé en un parto en el domicilio de la madre en Vigo, sin presencia médica, o las campañas contra las vacunación sitúan en primer plano el riesgo de una pseudociencia para la salud de las personas, para la vida, además de ser un riesgo para avances colectivos logrados frente a determinadas enfermedades. Los adornos ideológicos, que no argumentos, para justificar y defender esas posiciones chocan con los datos contrastados de la ciencia. No se comprende que personas con cargos representativos y acceso a la opinión pública puedan difundir tales posiciones. Son los profesionales de la medicina quienes han de opinar, aconsejar y en muchos casos decidir qué serían excesos de medicación y sus riesgos. Pero por responsabilidad ética y social no deberíamos los profanos frivolizar con la salud personal y pública.

No puede haber silencio

"Estais no nosso punto de mira", figura en el mensaje de amenaza a varios profesores de la USC, entre ellos el catedrático Roberto Blanco Valdés. Circuló por las redes y se colgó en tablones de anuncios de la USC. Como mínimo es un acto y una manifestación de imposición autoritaria y de negación del derecho a pensar y a expresarse libremente. Es la antítesis de lo que debe ser el ambiente y la realidad universitaria. Pretenden silenciar con amenazas a quien no piensa como ellos. No se trata de valorar opiniones o posiciones políticas que puedan tener las personas amenazadas. No es el tema. Ante estas amenzas, que de tiempo en tiempo aparecen en la sociedad gallega, se trata de que se condenen y se pronuncien contra las mismas todos los que estén por el derecho a la libre circulación de las ideas y contra la imposición de un pensamiento único. No puede haber silencio.

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