El PRESIDENTE de la Xunta de Galicia anunció esta semana en A Coruña una «Axenda Dixital post 2020» para Galicia, en el objetivo de que este país «teña voz nas tendencias tecnolóxicas de futuro». Será la única forma de tener peso en la economía y en el empleo. Es la vía para que sea posible el regreso de los jóvenes bien formados que emigraron por falta de perspectivas de trabajo o de remuneraciones dignas en su tierra y para que se asienten aquí las nuevas generaciones. Estamos ante uno de los principales retos de presente y futuro para esta tierra: las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial. El cambio postindustrial es una realidad. El presente y futuro pasa por subirse al tren del progreso: honrar al marqués de Sargadelos y no perseguirlo. Se necesita sensibilización para que sea asunto prioritario en el discurso político, en la atención de las iniciativas de los diferentes grupos y en el conjunto social, particularmente de los generadores de opinión y movimientos sociopolíticos. Del discurso de Feijóo en A Coruña, hay puntos a los que prestar atención por lo que implican de construcción de camino: un polo Gaiás-Dixital -una excelente reorientación de la Cidade da Cultura, aunque para esta dedicación no fuese necesario tal espectacular contenedor-, un Comité de Intelixencia Artificial o el desarrollo de las medidas legislativas que deban adoptarse en ese objetivo. Medidas que debería ser compartidas por la mayoría de los grupos parlamentarios y que necesariamente implicarán nuevas apuestas por las enseñanzas tecnológicas en la FP y en los estudios universitarios. Estamos ante un asunto que debe pasar ya a un nivel preferente en la agenda política gallega. Las políticas de ayudas y estímulos deberán responder a un plan global para una Galicia tecnológica concreta, que no se acomode en el inmovilismo para la economía de las tradicionales formas clientelares.
