Opinión

Incorporarse a la nueva economía

LA APUESTA por el polo tecnológico de Rozas es para Lugo de la máxima importancia sobre la gran mayoría de las inversiones públicas. No hay futuro con un mínimo de calidad y no habrá posible fijación de población salvo que esta sociedad y sus clases dirigentes apuesten decididamente por la incoporación a la nueva economía de la robotización, digitalización o inteligencia artificial. Si este país no se subió a tiempo, o incluso ofreció resistencia, a la sociedad industrial y paga todavía las consecuencias negativas, no debería repetirse el error en este nuevo cambio de modelo económico. Es fundamental por tanto que en las prioridades del discurso, de la acción y de la gestión política se avance en tal dirección.

La apuesta por el polo tecnológico de Rozas que realiza la Xunta de Galicia debe situarse en este contexto. Al objetivo de Rozas deberían sumarse las diferentes administraciones, élites políticas, empresariales y universitarias para lograr consolidarlo con base firme de futuro. Por sí mismos, y en una línea que exige continuidad, son importantes los tres proyectos que ayer aprobó la Xunta para Rozas: la presencia de Boeing para proyectos de regulación de tráfico aéreo tripulado y no tripulado; el de segumiento y control de embarcaciones en el mar y el de aeronaves no tripuladas para acciones medioambientales. Obviamente, la presencia de Boeing responde a su propio interés, seis millones que aporta la Xunta por cuatro de la multinacional. Pero coincide con el interés de presente y futuro de la economía de Lugo y de Galicia, además de crear unos 50 puestos de trabajo. Es esta línea de gestión del dinero público -participar en proyectos definidos y con resultados- con la iniciativa privada un cambio radical, positivo, sobre la tradicional administración clientelar o la poco frutífera práctica que se siguió con los ingentes fondos recibidos de Europa.

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