Opinión

Más que un gesto

LA DEMANDA de un «consenso multilateral» para acordar la financiación autonómica, que el lunes firmaron seis presidentes de autonomías del PP y del PSOE, es ante todo un recado para quien pudiera caer en la tentación de una negociación unilateral en materia de financiación con Cataluña, por ejemplo. El documento se lo dirigen los seis, entre ellos el presidente de la Xunta de Galicia, al presidente del Gobierno de España. Es, si se quiere ver así, la España despoblada, la que se queda vacía, la que reclama una financiación que responda al gasto real en sanidad, educación y servicios sociales. Estas seis comunidades representan el 53% de la superficie española y un 21% de la población. La cuestión nuclear en materia autonómica es la financiación. No hay gestión posible para el avance sin recursos. Entender estas cuestiones por encima de concretas estrategias de partido es una muestra de responsabilidad política. Se reclama esta práctica, sobre todo desde los gobiernos, pero no es habitual que se practique. Se constató recientemente en Galicia con la reclamación por la Xunta del Iva no ingresado. Primó el partidismo de mirada corta: todo se aprovecha para un hipotético desgaste y para no molestar a los propios o próximos. Ayer la reclamación contó con el apoyo de todos los presidentes, con independencia de colores políticos.

También Suecia

 

Cada celebración de elecciones en un país europeo supone un sobresalto con la amenaza de la crecida de la extrema derecha. También en la mítica Suecia del bienestar, con un paro únicamente del 6%, hubo un incremento significativo de Democracia de Suecia, un partido de orígenes neonazis, que se sitúa como tercera fuerza. La inmigración que recibió el país en los últimos años, con las acusaciones de inseguridad y pérdida de prestaciones para los suecos, sirve de alimento al crecimiento de la extrema derecha.

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