Opinión

Liderar en conocimiento

CATALUÑA Y País Vasco lideran el ránking de rendimiento de las universidades que elabora la Fundación Conocimiento y Desarrollo, que preside Ana Botín, y que se conoció la pasada semana. Mide indicadores de enseñanza y aprendizaje, investigación, transferencia de conocimiento, orientación internacional y contribución al desarrollo regional. Son indicadores que todos desearíamos como óptimos para las universidades gallegas por la contribución que representan para el desarrollo del país y para el futuro de las nuevas generaciones. Son la excelencia a perseguir. Debe ser uno de los primeros objetivos en una apuesta seria, fundada, sin demagógicas estridencias políticas. Galicia queda en ese ránking en posiciones medias, aunque la orientación internacional y la contribución al desarrollo regional aparecen como asignaturas que piden mayor dedicación. Hacer presente este examen de las universidades españolas, que se acaba de difundir, parece oportuno ahora mismo, como un espejo en el que mirarse, cuando se acaba de producir el cambio de rectores y equipo de gobierno en las universidades de Vigo y Santiago. No se trata del triunfalismo que exhibimos en ocasiones ni del lamento como norma. El ránking lo lidera la Autónoma de Barcelona y la privada de Navarra. De las quince mejor situadas, diez son públicas (Madrid y Barcelona) y cinco privadas. En este tipo de ránkings que se hace de las universidades españolas siempre aparecen en cabeza varios centros de Cataluña y Madrid. Pero en este caso, el País Vasco coloca entre las quince primeras a la de los jesuitas de Deusto (7ª) y a la de Mondragón,(13) tras la Pontificia de Comillas (12). A estos listados hay que darles un valor siempre relativo. Opinable. Pero apuntan a realidades tendencias, cuando se repiten. Y contribuyen, sin duda, al prestigio de los centros en la carrera obligada para atraer alumnos.

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