Opinión

Viaje imposible

El CANDIDATO a presidir la Generalitat, Quim Torra, es en su historial político y profesional un activista del independentismo. La alcaldesa de Barcelona, que viene también del activismo como práctica política, le propone a Quin Torra que pida perdón por «sus comentarios ofensivos». La limpieza de los mensajes en Twitter no es suficiente. Lo de historiador ("Viatge involuntari a la Catalunya impossible"), abogado o editor son rellenos curriculares. Es, repasado su historial de actividad, «pedigrí independentista», en valoración del director de La Vanguardia. Hay un activismo que vive incluso profesionalmente bajo la protección de los presupuestos públicos. Desde esa experiencia del candidato y desde esa concepción de la vida y la política resulta sorprendente que una de las comunidades más prósperas y avanzadas de España lo coloque como su máximo representante. Algo más que las iluminaciones de Puigdemont está en profunda crisis cuando se coloca en el timón a quienes emprenden un viaje imposible, que amenaza ser tan tormentoso que afectará a todos.

Elegir otro canal

La libertad de expresión es en esencia la libertad de crear empresas o medios informativos. Es la pluralidad de la oferta. Y esa libertad se traduce en la libertad de la audiencia para elegir sus canales de información o entretenimiento. El discurso de Mariano Rajoy ayer en el 150 aniversario del Diario de Cádiz es impecable. La libertad de medios es un pilar básico del sistema democrático. La concepción y la práctica de los medios de titularidad pública es algo bien diferente a los medios privados. O ha de serlo. Cuando Montoro replica que queda la opción de cambiar de canal al que no le guste el enfoque de TVE, está demostrando este ministro de Hacienda y catedrático universitario una concepción y práctica patrimonial, partidista, de los medios públicos. Ni el ministro de Hacienda es el dueño de TVE.

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