La decisión de Núñez Feijóo con la continuidad al frente de las consellerías entra en la lógica. El equipo le funcionó para lograr en las urnas la tercera mayoría absoluta. Aplicó el principio, constatado en este caso en votos, de que si algo funciona para qué cambiarlo. Las críticas desde la oposición habrán de buscar otro ángulo diferente al de ver en el continuismo de los conselleiros un hecho negativo. Es la oposición la que ha de reinventar su discurso, al menos en el inicio de la nueva legislatura, ya que los argumentarios de la campaña electoral se demostraron ineficaces.
Multas y botellón
Hubo en algunas ciudades, y por algunas autoridades locales y gubernativas, exceso de tolerancia frente al botellón. Se pretendía presentarlo como algo normal. Sin riesgo. Se llegó incluso, en el colmo de eludir responsabilidades, a criticar los precios de los locales de ocio. Obvian que se trata de menores. Tuvieron que saltar las alarmas con una muerte. Las luces rojas sanitarias ya encendieron para quien las quisiera ver. La sugerencia de la Valedora do Pobo de sanciones económicas a los padres y a los protagonistas no debería caer en saco roto. Quizás no sean populares ni cosechen votos medidas de ese tipo. Pero es obvio que en el caso de menores son los padres los primeros que han de implicarse en evitar los riesgos del consumo de alcohol en sus hijos. Es un problema social pero es antes de nada una responsabilidad de la familia.
Robos
La seguridad ciudadana plena no existe ni nadie la puede garantizar. Las noticias de los últimos días sobre robos en casas de Lugo son hechos que rompen la normalidad. La sensación de inseguridad crece.
