Opinión

La realidad en ilustraciones

LAS GRANDES depresiones económicas producen profundos temporales sociopolíticos, con riesgos comprobados históricamente para las libertades y la paz. La reafirmación y fortalecimiento de las fronteras, los líderes que llegan para salvar al pueblo, el rechazo y la persecución del diferente, la culpabilización de todos los males en el otro, al que se convierte en enemigo, son algunas de las expresiones de ese cambio. Algunos de esos síntomas parece algo más que evidente que se registran en estos momentos. En el terreno de la política, donde el secreto y el engaño deliberado siempre han desempeñado un papel significativo, el autoengaño constituye el peligro por antonomasia (Hannah Arendt). Pudiera suceder que el autoengaño de unos dirigentes gubernamentales que, si exceptuamos a Frau Merkel, no se caracterizan por su lucidez ni por su capacidad de liderazgo, se encubra bajo una pseudoprudencia o falso pragmatismo frente a la amenaza real de destrucción de un sistema que desde 1945, 'Stunde null' de los alemanes que recoge Judt, trajo la paz y bienestar económico y social para Europa. Ese autoengaño y ese falso pragmatismo no es original. Pero quizás la lección no se aprendió del todo aunque se ha demostrado históricamente un inmenso error. Tony Judt termina su monumental 'Postguerra', con los los europeos como los mejor situados —"a pesar de los horrores de su pasado reciente, y en gran medida a causa de ellos"— para ofrecer al mundo "ciertos modestos consejos sobre cómo evitar la repetición de sus propios errores". Así, este siglo todavía podría pertenecer a Europa, como escribió el historiador angloamericano. La caricatura de portada del semanario Der Spiegel, con un Donald Trump con la cabeza de la estatua de la libertad en una mano y un cuchillo en la otra, es todo lo cruel que se quiera, pero es un aviso como otros acertados que realizó el semanario de Hamburgo.

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