Opinión

A la cárcel

MARIO CONDE vuelve a la cárcel por orden judicial. Representa la España del enriquecimiento exprés y a cualquier precio. La presentaron incluso como modelo para los jóvenes. El que no se enriquece aquí es que es tonto, dijo sin sonrojarse un ministro del área económica en la década de los noventa. El ideal no era generar riqueza, hacer empresa. No interesaba la economía productiva. Se negaba hasta el concepto. El ideal era hacerse rico y exhibirse como tal. Mario Conde pretendió además, después de hacer caja, dar lecciones de ética ciudadana. Pero ‘el sistema’, aunque esté sembrado de trampas y atajos para algunos, funciona. Así registra el Ayuntamiento de Granada, como ayer; sienta en el banquillo al yerno y cuñado del Rey, pilla a algún cargo público corrupto, presuntamente corrompido; comprueba e intenta demostrar que el patrimonio y el nivel de vida de algún profesional de la política no se corresponde con los ingresos oficiales y va desgranando cada día un caso -«aislado», por supuesto- de mordidas, comisiones, ‘convolutos’ que dijo aquel embajador alemán en España. Es este de ahora otro ‘modelo económico’: enriquecimiento también por vía acelerada desde la gestión de lo público. Es de nuevo el desprecio frente al talento, a quien crea empresa, arriesga dinero y patrimonio y genera empleo. Si aquel modelo de los noventa regresó a la cárcel ayer con Mario Conde, este de ahora, de escándalo, juzgado y, aunque apeste, presunción de inocencia, pide que a quienes tienen la responsabilidad de defender ‘el sistema’ tomen en serio la necesidad de entonar ante la ciudadanía un mea culpa colectivo y aplicarse a una limpieza a fondo. Sería la mejor campaña electoral. El freno para la amenaza de la abstención que crece. Si hasta Rajoy quiere cambiar el huso horario y los horarios del modo de vida, el nuevo modelo pasaría por pactar la reforma educativa, fomentar una sociedad de valores, de respeto al esfuerzo, al trabajo y al riesgo de generar empresa y empleo.

Comentarios