O SE OBSERVA todo en clave de permanente polémica entre instituciones que ocupan partidos diferentes y que se ponen en ebullición con el avance de los meses hacia las elecciones locales, o no se entiende nada con el foco político en Lugo centrado sobre A Residencia. No se comprende, por un lado, ese acuerdo de paralizar la reversión del solar o el edificio, aunque responda a "racionalización administrativa". Alguien tuvo que ver en ese acuerdo que se trataba de munición para la oposición.
Por cierto, la utiliza oportunamente en tiempo de lanzamiento de candidato popular. Ni se entiende, por el otro lado, el que destapa la tormenta, el grueso calibre de los adjetivos para la denuncia. ¿Qué está concretamente paralizado? ¿Qué ritmo real llevan hacia la ejecución los proyectos presentados y los anunciados? Hablen de plazos de ejecución y de retrasos. Convendría cerrar capítulo y ocuparse de gestionar y de hacer seguimiento de la gestión de las diferentes administraciones en todo cuanto afecta a la calidad de vida de los ciudadanos.
En concreto, seguimiento de los compromisos anunciados para el barrio de A Residencia. Como, en otro nivel, convendría poner punto final ya a tesis, máster y currículum académico como instrumentos de desprestigio político. Otras urgencias hay en el país. Y, por lo que aflora, muestra más que riesgos compartidos en cuestión de titulaciones académicas en líderes de los principales partidos. Es un desnudarse que no prestigia en capacitación académica. Y, por lo que toca a los medios de comunicación, las informaciones en política si son falsas o erróneas se desmienten con datos, no con descalificaciones o adjetivando como argumento principal. Es algo insólito que un presidente en un país libre, salvo las excepciones actuales de mandatarios tuiteros, advierta a los medios con llevarlos a los tribunales.
