Opinión

Idioma familiar

EL 48,2% de los lectores de este periódico tienen como idioma familiar el gallego, según los datos del último Estudio General de Medios (EGM). Estos porcentajes se repiten oleada tras oleada, lo cual permite deducir que deben ser fiables. Un 24,9% de los lectores tienen como idioma familiar indistintamente el gallego y el castellano. Y el castellano es el idioma familiar para el 25,5% de los lectores del periódico. Reparemos en un dato, hay un 1,4% de lectores de El Progreso que tienen como familiar otro idioma diferente del gallego y el castellano. Este es el mapa de la realidad lingüística de la provincia de Lugo realizado desde un organismo como el EGM, absolutamente alejado de cualquier batalla idiomática. Mide para la publicidad. Y, si esto es así, por qué no hay prácticamente publicidad comercial en gallego. Parece más importante reparar en este detalle de la publicidad, buscar las razones de fondo, que plantear reivindicaciones para mantener artificialmente, vía subvenciones, una realidad editorial y de publicaciones sobredimensionada y que no se corresponde ni con las ventas ni con el índice de lectura. Sobre los conflictos en materia lingüística, los datos dicen que obedecen a posiciones partidarias, con visiones uniformistas centralistas que ven persecución al castellano en todo lo que sea apoyo al gallego, por un lado, y, por otro, a utopías independentistas que en su dirección contraria a la historia ni quieren castellano ni inglés. El 90,3% de los lectores de este periódico declaran que entienden y/o hablan el idioma gallego. Lo entienden pero no lo hablan el 9,3% y aseguran que no lo entienden únicamente el 0,4%. Aquí no hay caldo para conflicto alguno, salvo que las confrontaciones se establezcan con otros mimbres, recubiertos de lengua, y para otros objetivos. No vamos a formular posiciones optimistas sobre el final de un conflicto artificial: hay intereses de todo tipo detrás. Pero sí hay que afirmar que la realidad que reflejan los datos del EGM permitirían fácilmente una normalización del gallego y la convivencia lingüística.

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