Opinión

Excesos

VER "un 98", otra gran catástrofe histórica para España, en la puesta en libertad de Puigdemont en Alemania es un exceso literario. Es la cosecha de otros excesos opinativos e interpretativos anteriores. Fueron precipitados en el tiempo. No se acabó nada todavía. En el problema catalán sobra épica y falta realismo, política y prudencia. Y no solo de un lado, esos que se creen constructores de un acontecimiento histórico con su independentismo. También de quienes repiten viejas y huecas retóricas, tan nacionalistas como las que critican, para no ver y que no se vea el problema. Arremeter contra Europa —"no nos valoran y no tenemos peso"— por una resolución de un tribunal recuerda bastante el cabreo y los insultos del secesionismo catalán cuando vieron a Puigdemont detenido en Alemania . Y recuerda, eso sí, demasiado aquel cierre unamuniano ante Europa frente a la apertura de Ortega.

Un accidente

Acertarían los populares locales de Lugo en considerar como un auténtico accidente las declaraciones de su portavoz municipal sobre la vinculación de la inactividad del gobierno local y un accidente mortal de tráfico. El gobierno local de Lugo no puede exhibir gestión rápida. No es la eficiencia su marca. Puede presentarse incluso como especialista en lanzar balones fuera, casi siempre hacia la Xunta, y no asumir sus responsabilidades. Ahí está la sentencia del derribo del Garañón. Pero hay un salto cualitativo en la acción de oposición que no debería producirse nunca, como cuando un desgraciado accidente mortal en una rotonda se relaciona con el retraso en la ampliación de una avenida. No todo puede valer en política. Esto no vale. Todos muestran nervios y excesos en una precampaña electoral muy anticipada en el calendario pero deben observarse ciertas normas mínimas hasta en la situación límite y a lo mejor así se ven algunos ante la próxima cita de las locales.

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