Opinión

Espejismos y entusiasmos

HEMODINÁMICA 24 horas en el Hula. Plante a Xosé Manuel Beiras desde el BNG para su propuesta de sumarse a una candidatura unitaria con Bildu y ERC en las europeas. Todo indica que Podemos se mantiene en un proceso acelerado de desintegración. Venezuela entra en una vía de riesgo máximo.

Son algunos de los titulares informativos desde lo local al interés internacional, que deja una semana en la que la atención general y el dolor compartido por todos siguió el desenlace del rescate del niño Julen. Mientras Errejón borraba sus tuits en los que defendían el chavismo venezolano, Pablo Iglesias en un ejercicio que ofende a su propia inteligencia contrapone el interés de la democracia venezolana —¿no será la que representa Maduro?— frente a los países libres que reconocen a Guaidó, el presidente de la Asamblea Nacional.

El populismo y alguna izquierda no quieren ver el camino de destrucción al que asiste la economía venezolana bajo el chavismo, con Maduro. No se puede utilizar ni el concepto de democracia ni la realidad democrática para defender a Maduro. Realidades como las de Nicaragua o Venezuela invitan a ser más prudentes a la hora de expresar entusiasmos de presunta liberación, justicia y progreso cuando surgen o llegan al poder políticos que se autodefinen como antiimperialistas. La actualidad negativa de Podemos es el guion de la destrucción por sus propios protagonistas de un enorme capital político que, quizás también aquí con demasiada prisa, entendimos la expresión de un tiempo nuevo.

La alternativa a los partidos del sistema de la Transición, y en concreto a la socialdemocracia del PSOE, da más señales de espejismo y personalismo que de realidad consolidada. Al ‘no’ de Ana Pontón a Beiras para la coalición de las europeas hay que reconocerle la coherencia. Beiras no debería haber interrumpido su silencio.

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