Opinión

El mundo al revés

LA DETENCIÓN la estancia en un calabozo en condiciones infrahumanas, la fianza de 15.000 euros y la comparecencia ante el juez que les puso en libertad, de los tres bomberos españoles que trabajaban en la ayuda humanitaria a los refugiados en la isla de Lesbos es la expresión del mundo al revés. Quienes dentro de una ONG dedican su tiempo a unas tareas que correspondería atender a los gobiernos y a las instituciones de las Unión Europea reciben la cárcel como destino. Este suceso exige una clarificación total para que no concluyamos que lo que realmente se pretende es que no haya testigos del drama humano en las costas de Grecia. Como piden una investigación a fondo y una información completa a la opinión pública europea los sucesos coordinados de la estación de Colonia y otras ciudades alemanas que llevaron a la calle a la extrema derecha xenófoba en hipotética defensa de la dignidad de la mujer.

El Templo mayor. El Papa visitó la gran sinagoga de Roma, situada en el barrio judío. Rindió allí homenaje a las víctimas del holocausto. Hombres, mujeres y niños judíos fueron deportados desde Roma a Auschwitz para no regresar jamás. Francisco dijo no «a toda forma de antisemitismo». Pidió «máxima vigilancia para poder intervenir a tiempo en defensa de la dignidad humana y de la paz». Condenó todo terrorismo y violencia. Las medidas de seguridad del barrio judío romano, las garitas en el entorno del centro escolar y la gran sinagoga reflejan los riesgos de la amenaza terrorista. Ya se cobró allí la vida de un niño. La otra vertiente de esta visita a la grandiosa sinagoga mayor de Roma, que cuenta con un importante museo histórico y mantiene testimonios de los judíos catalanes expulsados de España, es la aproximación, el diálogo, el reconocimiento entre católicos y judíos, que se abrió con el Vaticano II, hace cincuenta años.

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