Opinión

Demagogia transfronteriza

UNA LÍNEA de la compañía portuguesa Tap entre el aeropuerto de Peinador y el de Lisboa para captar y enlazar pasajeros gallegos para vuelos a África y América desató las iras del alcalde de Oporto, Rui Moreira. Lo entendió como una agresión al Sá Carneiro, el aeropuerto de Oporto, que atrae viajeros gallegos -sobre todo del área de Vigo- para las rutas internacionales, incluidas las capitales europeas. Sá Carneiro era hasta ahora el beneficiado con la descoordinación localista en materia aeroportuaria entre A Coruña, Santiago y Vigo. Las arremetidas verbales del alcalde de Oporto contra la compañía portuguesa y contra Lisboa -como aquí Madrid- obligaron a intervenir al primer ministro Antonio Costa para calmar la tormenta que amenzaba con boicots y manifestaciones. Lo más sustancioso en este guirigay de mandatarios localistas, viéndolo de Valença para arriba, está en el intercambio de descalificaciones entre los alcaldes de Vigo, Abel Caballero, y Oporto, Rui Moreira. O en la incorporación de Oporto y Lisboa a la guerra de aeropuertos gallegos. En populismo, localismo y demagogia el alcalde portugués nada tiene que aprender del, en estas materias aventajado, alcalde de Vigo. Ahora que este se sienta con la Xunta a negociar inversiones para Vigo, manda los ‘misiles dialécticos’ hacia la ciudad «amiga», lo dice él, de Oporto. Hay que distinguir, lo dice también Abel Caballero, entre la ciudad y su alcalde. Como en Vigo. Tan lejos fueron en sus palabras que para Rui Moreira el aeropuerto de Vigo es «miserable» y para Abel Caballero las palabras del portugués son «detestables». Rui Moreira llegó a la alcaldía con una concepción de fortín frente a Lisboa. Circo, el de uno y otro. Pueden verse también estos intercambios de verduleras como expresión del espacio Schengen o como una profundización familiar de la Eurorregión Galicia-Norte de Portugal.

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