Opinión

Celeridad

LA JUSTICIA lenta puede acabar siendo injusta.Las nuevas noticias sobre la operación Patos traen a la actualidad la petición de que la acción de la Justicia avance con rigor pero sin perder la dimensión de los tiempos. El argumento vale tanto para los casos en los que aparecen implicados dirigentes políticos, y que la permanencia de la situación no resuelta les afecta negativamente para su ejercicio, como, a la inversa, en los casos de otras irregularidades en las que el ciudadano acaba dudando si la motivación de la dilatación en el tiempo no será una situación que beneficia al poderoso. La Justicia ha de hacer su trabajo, pero cuando la incidencia en el hecho político es clara, la resolución es una urgencia de justicia.

En los libros de texto

Si Esperanza Aguirre ya entró en los libros de texto para escolares de primaria en Madrid, como denuncia una asociación de padres de alumnos, caben tres explicaciones. Una, el culto a la personalidad o el peloteo no sabe de límites en esa comunidad, tan marcada por despropósitos y prácticas que conducen a los juzgados cuando se hace la luz. Dos, realmente en el resto de España no acabamos de conocer y valorar las altas dotes de esta dirigente que en vida la elevan a los altares; no otra cosa es que a un político lo lleven a los libros de texto en vida. Auténtico caso de santa súbita, en términos seculares y viva. Y tres, pudiera responder a un provincianismo ridículo ya que casi todos los tópicos que sobre las autonomías se lanzaron desde los centros opinadores de Madrid se han cumplido hasta el límite en la práctica política de esa comunidad. Recuérdese Caja Madrid y el grado de injerencia política en el reparto de cargos y prebendas, como algunos sonados créditos. Va a ser cierto que la transferencia de los libros de texto escolares a las comunidades autónomas es un disparate. Pero no precisamente por enseñar historia de Galicia.

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