Opinión

Capacitar para enseñar

SORPRENDE el rechazo, sin oportunidad para abrir un debate, sobre la idea de un MIR como un paso necesario para acceder al ejercicio de la docencia. Es una idea que lanzó de nuevo el ministro Íñigo Méndez de Vigo. Es una argumentación simple, por no calificarla de demagogia, ver en esa propuesta una línea más de precariedad laboral y de recorte en la función pública. Nadie se atrevería a sostener tal deslegitimación para el MIR como acceso al ejercicio de las especialidades médicas. De entrada, tampoco parece inoportuno que se implante una vía de formación-práctica tutelada, durante dos años, para acceder al ejercicio de la enseñanza en los diferentes niveles. No necesariamente la condición de licenciado o doctorado garantiza la adecuada capacitación para el ejercicio de la docencia en las aulas. Cuando menos, no parece que deba descartarse esta idea como un elemento a contemplar en las negociaciones sobre el necesario, y nunca alcanzado, pacto en materia de educación. El rechazo a la idea por parte de algunos portavoces sindicales no se entiende a qué intereses responde y parece puro inmovilismo, al menos como disposición sin negociación.

Pérdida de tiempo

Anticipar el nombre del candidato del PP a la presidencia del Gobierno, llámese si se prefiere sucesor de Rajoy, es ahora mismo «una pérdida de tiempo», como manifestó el lunes en Madrid Alberto Núñez Feijóo, el nombre que más suena. No hay calendario electoral previsible en este asunto. Sí hay unas circunstancias extraordinarias y muy condicionantes de la acción política y de gobierno. Hacer previsiones sobre la política española solo al plazo de un año equivale a una lectura de la palma de la mano.

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