Opinión

Caídas y víctimas

MARIANO RUBIO podría ser en la vía dolorosa justiciera el precedente de Rodrigo Rato. Lo recordaba ayer Enric Juliana. Abril del 1994 a abril de 2015. Rubio fue interrogado en el Congreso con el«míreme a los ojos» del socialista Hernández Moltó antes de que el gallo cantase. Moltó regresó como protagonista de todos con el escándalo de las cajas. Ambos, Rubio y Rato, bajo parasoles ideológicos diferentes, formaban parte de lo que se llamó ‘beautiful people’ y ahora se descalifica como casta o sistema. El interrogatorio de Rubio fue el cordón sanitario socialista para archivar aquella España en la que era tonto el que no se hacía rico. Lo dijo todo un ministro. Con el caso Rato circula potente la versión de la zancadilla desde dentro que, además, serviría para concentrar todos los focos sobre la corrupción.La víctima, si se quiere. Si Mariano Rubio fue víctima y abandonado de los suyos y si con Rato sucede algo similar resulta interesante para el relato. No se olvide la cuestión: ¿cómo un gobernador del Banco de España puede ocultar 130 millones de pesetas al fisco y cómo el exmago de lo que se llamó milagro económico de España organiza esa supuesta trama para defraudar?

Con la cabeza

La cuestión territorial, la catalana en concreto, hay que presentarla con la cabeza y no explicarla ni fomentar su visión desde la pasión y la confrontación. No es tampoco algo indiferente. La independencia de Cataluña supondría un descenso del gasto público en Galicia de entre 820 y 1.100 millones de euros, según las estimaciones de los profesores Xaquín Fernández Leiceaga y Santiago Lago, que recogía ayer este periódico. La caída se produciría por la supresión de la aportación catalana a la solidaridad interterritorial. Ciertas posiciones de políticos catalanes, sobre el Ave a Galicia por ejemplo, merecen la crítica. Pero ello no justifica que sean los tópicos los que expliquen la realidad territorial de España.

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