Opinión

Acto de terror

La matanza en un club gay de Orlando es un acto de terror, como lo calificó el presidente Obama El autor es un ciudadano americano de origen afgano. El Estado Islámico asumió la acción terrorista. El padre del autor, persona significada entre los emigrantes afganos, se apresuró a desvincular la religión de la acción criminal. La atribuye solo a la homofobia. Los americanos, una vez más, han de preguntarse si la sociedad que quieren y con la que se identifican es la que permite la libre circulación y posesión de armas, una realidad que facilita acciones criminales como esta de Orlando por desequilibrados o fanáticos. Quienes en todo el mundo quieren vivir en libertad y tolerancia -entienden que estos valores son una conquista de la civilización- han de preguntarse por la necesidad de la educación y el fomento de los valores del respeto y la tolerancia, por encima de creencias personales o de grupo. Y, con independecia del desencadenante de fanatismo religioso que pueda haber o no en esta masacre en un club gay de Orlando, es necesaria una acción de apoyo a los reformistas islámicos, en la línea que plantea Ayaan Hirsi Ali "para alejar la religión islámica del siglo VII y acercarla al siglo XXI". No es ciertamente la única creencia religiosa que ha de romper su resistencia a la sociedad plural que arranca en la Ilustración, pero es la que en grupos significados le tiene declarada nada menos que la guerra al mundo libre.

Cuotas

"Touche pas à mes cuotas" es el título de un llamamiento de más de 1.800 cantantes franceses contra la desaparición de cuotas obligatorias de música francesa en la radio. Es, si se quiere ver así, el proteccionismo económico bajo el cartel de excepción cultural. Sin llegar a las cuotas franceses, un llamamiento mínimo habría que formularlo ante RG Música -pachanguera y semiurbana- y la marginación evidente en la difusión de SonGalicia -folk y música gallega-.

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