Opinión

¿Quién dirige a los bomberos?

EL CONSORCIO PROVINCIAL de Bomberos de Lugo, financiado al cincuenta por ciento entre la Diputación y la Xunta, ha subsanado una de las grandes carencias que sufría el territorio, en donde hasta hace pocos años, y con la salvedad de la capital y Monforte de Lemos, que ya disponían de un servicio de profesionales propio, cada ayuntamiento se las arreglaba cómo podía cada vez que se producía un incendio. Se tiraba de las ya míticas carrocetas que repartía arbitrariamente el inefable Francisco Cacharro Pardo desde su trono de la Diputación y, sobre todo, de la colaboración de los vecinos, que recurriendo a cisternas agrícolas acababan con el fuego mucho antes de que nadie llegase a socorrerlos. A pesar de que el balance de los años de actividad del consorcio es más que positivo, con la puesta en marcha de los parques de Monforte, Chantada, Sarria, Vilalba, Barreiros y Viveiro, la verdad es que el organismo evolucionó muy poco desde su constitución, en 2011, y los flecos que quedaron pendientes cuando se creó siguen ahí, sin solución, como el nombramiento de un gerente que coordine su funcionamiento o la zona negra, sin servicio cercano, que se mantiene en A Montaña.

Esta misma semana, la portavoz del PP en la Diputación, Elena Candia, puso el asunto del nombramiento del gerente sobre la mesa, solicitando la convocatoria urgente de una reunión de la junta de portavoces para tratarlo, porque a estas alturas, cinco años después de su constitución, el Consorcio Provincial de Bomberos de Lugo es el único de las cuatro provincias gallegas que todavía no cuenta con un coordinador.

Es cierto que los servicios de los parques de bomberos están privatizados -o externalizados como se llama ahora en modo eufemístico a las privatizaciones-, pero el cargo de gerente no sería baladí, ni podría sumarse a los puestos superfluos que tanto abundan en la Administración, sobre todo en la provincial. El coordinador de todo el consorcio se ocuparía de cometidos tan importantes como elaborar el anteproyecto de los presupuestos, proponer los planes de actuaciones y plantear las necesidades del consorcio. Además prestaría asistencia técnica a los órganos colegiados, ejercería la dirección del personal a su cargo y propondría las reformas necesarias para mejorar el funcionamiento y las dependencias.

Lo primordial es que ese gerente actúe como interlocutor entre los parques de bomberos y las administraciones que financian el consorcio. En la actualidad, esa comunicación no es tan fluida como debería y el personal no sabe a quién dirigirse cuando tiene un problema, no ya de tipo laboral, sino relativo al funcionamiento del servicio e incluso a los medios de los que dispone para la realización de su labor. Así, es posible que se evitasen situaciones como las vividas hace unos meses en el sur de la provincia, en donde hubo un momento en el que los bomberos de Chantada y Monforte se quedaron, al mismo tiempo, sin camiones nodriza, por un accidente de tráfico y una avería anunciada, con lo complicado y peligroso que puede resultar esto si se produce en la zona un incendio de envergadura.

Crear una figura que coordine el funcionamiento de los parques es una asignatura pendiente, pero no lo es menos solventar las deficiencias de servicio que sufren los habitantes de las comarcas de Os Ancares y A Fonsagrada. Desde la puesta en marcha del Consorcio Provincial de Bomberos, la Diputación y la Xunta reconocieron que quedaba un diez por ciento del territorio de la provincia sin cubrir adecuadamente, es decir, sin poder cumplir los tiempos de actuación recomendables, pero prometieron una solución rápida al problema, que cinco años después parece olvidado.

Por el momento, en los municipios de Becerreá, Cervantes, Navia de Suarna, A Fonsagrada o Baleira, por ejemplo, si se produce un siniestro de grandes dimensiones, son los bomberos del parque de Sarria los que tienen que acudir, con el elevado tiempo de respuesta que esto supone. Además, mientras en Os Ancares el Grupo de Emergencias Supramunicipales (GES) de Becerreá, uno de los más activos y profesionales de la provincia, cubre en parte la carencia, en la zona de A Fonsagrada, este equipo ha sido desmantelado por problemas laborales y financieros y los vecinos tienen que arreglárselas con Protección Civil, que afortunadamente asume lo que le corresponde y mucho más.

El Consorcio de Bomberos es un gran paso, pero no llega con mantener los parques en funcionamiento, hay que avanzar y suplir las carencias que todavía existen, alguna de las cuales se conocía desde el primer momento.

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