Opinión

Martínez, incombustible

EN EL GOBIERNO que trata de dirigir la Diputación de Lugo, presidido por el socialista Darío Campos, son muchos los que aprovechan cualquier ocasión para decir, en público o en privado, que el alcalde de Becerreá y diputado no adscrito, Manuel Martínez, expedientado y en vías de expulsión del PSOE, está acabado y no pinta nada, pero la realidad es bien distinta, porque el becerrense parece incombustible y desde el entorno de Campos no han cejado, desde octubre del año pasado, los intentos de recuperar su respaldo a través de contactos personales, alguno muy reciente. Pero, Martínez no cede y no ha pensado ni por un momento en dejar de dar la lata en San Marcos durante el actual mandato y cuando acabe, en 2019, está ya preparándose para presentarse a la reelección como alcalde de Becerreá, mejor si es bajo las siglas del PSOE, pero si lo echan, como todo parece indicar, va a volver a presentarse como independiente.

El equipo de Campos no para de marear la perdiz con el diputado no adscrito desde que llegó al poder, pero no se produjeron avances en las negociaciones en ningún momento, porque los socialistas no le ofrecen nada firme y Martínez, que después de lo ocurrido no se fía ni de su sombra, mantiene su postura idéntica desde el principio. Si quieren que vuelva al redil, exige entrar en la junta de gobierno, gestionar el área de infraestructuras y dirigir el parque móvil, con la consiguiente dedicación exclusiva, justamente lo que se incluyó en el acuerdo que alcanzó con el grupo socialista, ante unos cuarenta testigos, para respaldar la moción de censura que acabó con el efímero mandato de la popular Elena Candia como presidenta de la Diputación y que fue incumplido.


Martínez no descarta integrarse en la candidatura independiente que quiere promover a nivel provincial el exsocialista y exalcalde de Monterroso, Jesús Otero


Esto era lo que reclamaba cuando todavía no se había roto el gobierno bipartito (PSOE-BNG), porque ahora, después de que los nacionalistas abandonasen el ejecutivo en junio, como protesta porque los socialistas pactaron el presupuesto con el PP y Martínez, el no adscrito exige, además, que antes de nada vuelvan a llegar a un acuerdo con el Bloque, porque, en caso contrario, no dan los números, el gobierno seguiría en minoría y, por lo tanto, su vuelta al grupo socialista ya no serviría absolutamente para nada.

Así las cosas, la única solución para asegurar un gobierno sólido en la Diputación es hacer borrón y cuenta nueva, como si fuera mayo de 2015 y acabaran de celebrarse las elecciones. El PSOE tendría que convencer a Martínez y negociar un nuevo pacto con la actual dirección del BNG, pero parece una posibilidad tan remota e inviable, sobre todo por las heridas abiertas en los últimos meses, que todo hace pensar que el gobierno de la Diputación seguirá en el alambre tres años más.

Por eso, y porque hay que ser práctico, lo más urgente ahora es negociar el presupuesto y evitar que se apruebe tarde, como este año, un objetivo que no es fácil. Para empezar, el equipo de gobierno va a tener que convencer a sus potenciales apoyos (PP y Martínez) de que va a cumplir todos los compromisos adquiridos en el presupuesto de este año, alguno de los cuales parece olvidado en algún cajón de San Marcos, como la residencia de la tercera edad de Becerreá, pero no es la única, porque en la misma situación están las contempladas para O Courel y Portomarín, dos municipios de gobiernos populares. Martínez tiene muy claro que no contarán con su voto si antes no inician las obras y es de suponer que el PP hará lo mismo con los otros dos centros.

Por el momento, el no adscrito quedó en verse con Campos, a petición de este último, la próxima semana y es muy probable que sea para, entre otras cosas, hablar de los presupuestos.

A la espera de lo que ocurra en los próximos meses, Martínez ya se está preparando para afrontar su expulsión definitiva del PSOE y continuar con su prolongada carrera política como independiente. No confía nada en que Ferraz dé marcha atrás a su expediente, solo pendiente de la resolución de un recurso, a pesar de los cambios que llegaron tras la obligada dimisión de Pedro Sánchez como secretario general del PSOE y no descarta integrarse en la candidatura independiente que quiere promover a nivel provincial el también exsocialista y exalcalde de Monterroso, Jesús Otero.

Sería un paraguas protector, aunque por los resultados de los últimos comicios municipales, en los que arrasó, y por el ambiente que se respira en Becerreá, donde el alcalde es más popular que nunca, no le hace falta, porque hay Martínez para mucho rato.

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