Opinión

El presupuesto, más cerca

DARÍO CAMPOS, alcalde de A Pontenova y presidente de la Diputación de Lugo, es un hombre al que no le gustan las prisas, pero todo tiene un límite y, tras más de dos meses del 2016 con la institución paralizada por falta de presupuesto, él mismo se fijó un plazo para solucionar el problema. Dijo que en marzo la Diputación tendrá unas cuentas que le permitirán cumplir con su única competencia, que es la cooperación con los ayuntamientos, y esta semana ha avanzado considerablemente en su aproximación al PP para conseguir su respaldo en el pleno.

El congreso provincial de los populares lucenses, celebrado el pasado 6 de marzo, condicionó considerablemente las negociaciones que el bipartito (PSOE-BNG) mantuvo durante semanas con el PP, porque la portavoz del grupo provincial y alcaldesa de Mondoñedo, Elena Candia, se jugaba mucho en la disputa que mantenía con la delegada territorial de la Xunta, Raquel Arias, por la presidencia del partido. No le interesaba ni respaldar ni oponerse al presupuesto de la Diputación, porque tanto una como la otra opción podrían generarle enemistades dentro de su propio partido que no le interesaban. Una vez pasado el cónclave popular y con una Candia triunfadora, elevada a la dirección provincial de su partido, se ha producido una acercamiento que augura una rápida aprobación del presupuesto.

En la aproximación de posturas entre el gobierno provincial y el PP influyó el resultado del congreso del 6 de marzo, pero también que las conversaciones que hubo después se limitasen a dos personas: el presidente y la portavoz popular, sin nadie más que pudiese entorpecer la comunicación entre ambas partes. Campos mantuvo varios contactos con Candia, uno de ellos personalmente en Mondoñedo, que sirvieron para limar asperezas entre ambos y para avanzar en el contenido del presupuesto. En pocas horas, ellos dos solos solucionaron más que en las reuniones que mantuvieron con sus respectivos equipos en el palacio de San Marcos durante semanas.

Al parecer, el de A Pontenova gana mucho en el trato directo sin intermediarios que interpreten sus palabras y asume su condición de presidente de la Diputación desde la perspectiva de un alcalde más que comprende que la institución provincial es imprescindible para la supervivencia de los pequeños concellos.

Por su parte, Candia, tras verse alzada a la presidencia del PP provincial, ha adoptado una postura más dialogante y también más institucional, consciente de que la situación de inactividad en la que se encuentra la entidad provincial perjudica a todos. Están en juego muchos proyectos que interesan a ayuntamientos del PP, entre ellos los convenios con concellos populares firmados por ella durante los tres meses que fue presidenta por accidente. Además, en los últimos días, Campos ha mantenido reuniones con numerosos alcaldes, una buena parte de ellos del PP, con los que, según comentan los propios regidores y reconoce el entorno del presidente, hubo buen ‘feeling’ y algunos compromisos que no se podrán ejecutar sin la disponibilidad económica de unas cuentas aprobadas.

Por lo que se refiere al presupuesto en sí, bipartito y PP han avanzado mucho en aspectos como la dotación que le corresponderá al Plan de Obras y Servicios, pero quedan flecos pendientes, como la dotación del servicio de ayuda a domicilio o la del Plan de Cooperación con las Comunidades Vecinales, un programa de ayudas para infraestructuras rurales con asociaciones y colectivos de todo tipo que, históricamente, se utilizó como medio para beneficiar a las agrupaciones más próximas al gobierno provincial.

Además, en las últimas semanas surgió un nuevo elemento en las negociaciones, porque las cuentas del 2015 finalizaron con un remanente de tesorería de diez millones de euros, que ahora hay que repartir.

En lo que sí parece que hay acuerdo es en incluir en las cuentas provinciales para este año partidas para iniciar la construcción de residencias en O Courel, Portomarín y, también, en Becerreá. Incluso, se habla de fondos para financiar un geriátrico en A Pontenova.

Al margen de algunos detalles y sin fecha marcada en el calendario, el presupuesto está más cerca y podría ser aprobado en el pleno ordinario de este mes, previsto para el día 29, y si no, en uno extraordinario que se celebraría muy pocos días después, porque los ayuntamientos, sean del color que sean, y las asociaciones ya no pueden esperar más por el maná de la Diputación.

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