Opinión

El PP, en compás de espera

EL PP de Lugo fibriló durante semanas tras conocerse que la delegada territorial de la Xunta, Raquel Arias, se postulaba para presidir la Diputación de Lugo, un puesto que inicialmente parecía reservado para la actual portavoz provincial, Elena Candia. En el partido, hubo división y mucha tensión, porque ambas candidatas, respaldándose en sus apoyos más cercanos, comenzaron a buscarse la vida entre los alcaldes de la provincia para ganar esta carrera. Las presiones que se ejercieron sobre ellos provocaron turbación, porque algunos regidores no sabían qué hacer, y cabreos de consideración, porque en otros casos los apoyos se pidieron de malas formas. Pero, el terremoto, aunque de alta intensidad fue de corta duración, y, desde hace unos días, el partido ha entrado en un compás de espera. Cumpliendo los estatutos, el representante del PP en la Diputación no se decidirá, o por lo menos no se hará público, hasta después de las elecciones, cuando ya se sepa si alcanzan la Presidencia de la entidad o si siguen relegados a la bancada de la oposición. Esto será determinante en la decisión y podría reducir el número de postulantes, porque no es lo mismo dirigir una institución que tragar con el amargo plato de segundón.

Ahora, en ambos bandos ha calado la consigna de que lo prioritario es aunar esfuerzos para recuperar el sillón de San Marcos que perdieron hace ocho años. Es un objetivo complicado y no es cuestión de perder energías en batallas internas. La idea en estos momentos es: todos pertrechados para cazar el oso y, después, ya se verá cómo se reparte la piel. Ante cualquier pregunta relacionada con esta competición política, partidarios de una o de la otra se han pasado al discurso de que «lo importante es el proyecto, no la persona», un escudo contra la prensa con el que realmente no se moja nadie.

El partido no decidirá su candidato a presidir la Diputación hasta conocer el resultado de las elecciones

Tanto desde el bando de Candia como desde el de Arias, se ha iniciado una tregua en el combate nada fácil de buscar respaldos a sus respectivas candidaturas. Algunos alcaldes, que estaban poco o nada dispuestos a decantarse por una u otra aspirante, respiran en los últimos días mucho más tranquilos, porque las llamadas telefónicas y las visitas sin anunciarse parece que están paralizadas.

En cualquier caso, no nos llamemos a engaño, porque nadie en el PP oculta que el problema sigue abierto y que las espadas, aunque en estos momentos no estén en posición de ataque, están en guardia. Ambas candidatas mantienen sus aspiraciones y cada una por su lado siguen con sus contactos, con sus agendas y, en su día a día, aunque lo principal sea cazar el oso de San Marcos, cada una sigue preparando el terreno para llevarse la piel antes que la otra.

Eso sí, las dos aspirantes mantienen las formas y se comportan como auténticas compañeras de partido allí donde se encuentran. Ocurrió hace pocas semanas en la Festa do Caldo de Ósos de Taboada o más recientemente en una visita a Mondoñedo de la secretaria xeral de Política Social, Coro Piñeiro, que acudió a la localidad acompañada de la delegada de la Xunta para visitar, con Candia, como presidenta del PP local, las instalaciones del Hospital San Pablo y San Lázaro. El encuentro se desarrolló con muestras de total cordialidad y, al parecer, Candia corrió con los gastos de los cafés de todo el grupo. La mindoniense actuó como buena anfitriona y la soberina, como correcta y agradecida invitada.

Lo que todavía está en el aire son los puestos de las listas que ocuparán las dos postulantes a presidir la Diputación.

Eso sí, las dos aspirantes mantienen las formas y se comportan como auténticas compañeras de partido allí donde se encuentran

Elena Candia es la máxima responsable de la agrupación de Mondoñedo y fue la candidata a la alcaldía en las últimas elecciones, pero en la localidad se comenta desde hace unos días que podría ceder el puesto a un conocido empresario local y ocupar el número 2 de la lista, más adecuado para aspirar después a la Diputación.

El caso de Raquel Arias es más complicado, porque, aunque preside el PP de Sober, no va a encabezar la candidatura, puesto para el que ya ha sido designado el actual alcalde, Luis Fernández Guitián. Simplemente por ir en las listas, Arias podría continuar como delegada de la Xunta, pero en el caso de que firme el acta de concejala, se vería en el dilema de elegir entre un puesto, el de edil, que le permitiría competir por la presidencia de la Diputación, o continuar como delegada territorial.

Lo que ocurra lo van a decidir las urnas y los problemas surgirán solo si el PP consigue mayoría absoluta en la corporación provincial. En caso contrario, todo parece indicar que cada una se va a quedar donde está: Candia, como portavoz de la oposición en la Diputación y Arias, como delegada de la Xunta.

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