Opinión

El lío de las residencias

LA DIPUTACIÓN de Lugo proyectó en el año 2011, al comienzo del segundo mandato del socialista José Ramón Gómez Besteiro, la construcción de una decena de residencias y centros de día de la tercera edad en otros tantos municipios de la provincia para atender la creciente demanda de este tipo de plazas.

La idea era poner en marcha pequeños geriátricos en las villas, para que los residentes pudiesen continuar viviendo en su lugar de origen y, al mismo tiempo, generar empleo y dinamizar económicamente los municipios más rurales. El plan fue acogido casi con alborozo por los primeros municipios elegidos, pero, cinco años después, la realidad es que ninguno de los centros diseñados, alguno de ellos ya construido y equipado, ha entrado en funcionamiento. El lío de las residencias es morrocotudo, porque, para empezar, su viabilidad económica es muy dudosa y, para rematar, hay una auténtica batalla política entre el PSOE, que gobierna en la Diputación, y el PP, respaldado por el diputado no adscrito, Manuel Martínez, que intenta hacerse con el timón de la Sociedad Urbanística Provincial (Suplusa), por apuntarse la medalla de poner en funcionamiento estos centros.

El problema de hacer sostenibles los geriátricos provinciales es el más peliagudo. Según un estudio de los servicios técnicos de la Diputación, el coste estimado de cada plaza ascendería a la friolera de mil euros, una cantidad desorbitada si se tiene en cuenta que la pensión media en Lugo no llega a los 700. Por lo tanto, es imprescindible subvencionar las plazas y ese es el auténtico problema. Cuando Besteiro anunció el fantástico plan de las residencias, lo hizo sin explicar cómo iban a mantenerse. Solo cuando ya estaba en marcha, comenzó a reclamar el apoyo de la Xunta, una administración que es la competente en materia de servicios sociales, pero que en ningún momento fue consultada por la Diputación sobre algo tan imprescindible como si iban a concertar plazas en estos centros. El Gobierno autonómico, en manos del PP, no estuvo dispuesto en ningún momento a colaborar en uno de los proyectos estrella de Besteiro, en uno de esos ejemplos que el entonces presidente de la Diputación, pero ya con aspiraciones a liderar el PSdeG, ponía en escena como avance de lo que sería su política de bienestar en la Xunta.

Campos ha enviado esta semana una carta al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, solicitándole una entrevista para hablar de las residencias

Con la viabilidad de las residencias aún en el aire, el proyecto de los geriátricos todavía se complicó más en el actual mandato, porque el gobierno que preside el socialista Darío Campos está en minoría y el PP, con el respaldo de Martínez, está haciendo lo posible por controlar esta iniciativa y llevarse la medalla de haber conseguido poner en marcha las residencias.

Fue Besteiro el que encargó a Suplusa que gestionase las residencias, pero ahora, gracias a la mayoría que suman populares y no adscrito en la corporación, la oposición intenta dirigir la sociedad urbanística, por lo que el equipo de gobierno ha decidido cambiar de estrategia y pretende que los geriátricos no sean ya competencia de la empresa pública, cuyo control ha generado una lucha entre PSOE, por un lado, y PP y Martínez, por el otro, que ha acabado en los juzgados. El gobierno provincial pretende ahora que el proyecto sea dirigido directamente por la Diputación, controlando su desarrollo a través de la junta de gobierno, algo que no podría hacer si finalmente los órganos directivos de Suplusa acaban en manos de la oposición.

Siguiendo esta estrategia, Campos ha enviado esta semana una carta al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, solicitándole una entrevista para hablar de las residencias, después de haberle presentado el proyecto al conselleiro de Política Social, José Manuel Rey Varela, en el mes de abril. Según sus planes, para empezar quiere que entren en funcionamiento los geriátricos de A Fonsagrada, Castroverde, Trabada, Pol y Pedrafita, que son los ya construidos, mientras que el de Ribas de Sil aún está en obras y hay previstos otros en Navia de Suarna, Guitiriz, Meira y O Saviñao, además de los comprometidos en los presupuestos de este año con Becerreá, Portomarín y O Courel.

La realidad es que, según un estudio de la Diputación, Lugo necesita 5.650 plazas geriátricas, pero el ambicioso proyecto de las residencias de la Diputación lleva camino de convertirse en un culebrón inacabable, en el que las rencillas entre políticos son el argumento, mientras que los vecinos asisten alucinados como espectadores y se preguntan para qué sirven algunos edificios ya construidos y equipados, como los de Castroverde y A Fonsagrada, si no se ponen en funcionamiento.

Comentarios