Opinión

Complicaciones para Campos

La ejecución del presupuesto va bien, pero está en juego el control de Suplusa y de la TIC


LA APROBACIÓN del presupuesto de la Diputación, a finales del pasado mes de junio, abrió el camino para que el equipo del socialista Darío Campos pusiese de nuevo a navegar una institución que llevaba en dique seco desde el pasado octubre. La tripulación que dirige el buque de San Marcos se quedó sin vacaciones de verano para poner la maquinaria a toda marcha y el maná millonario de la institución comenzó a caer sobre la provincia.

Por fin, el presidente y alcalde de A Pontenova puede empezar a materializar su proyecto, pero, aunque logró consensuar las cuentas con el PP y el diputado no adscrito, Manuel Martínez, su minoría en la corporación provincial sigue siendo eso, una minoría y además menguada tras la ruptura del pacto con los dos diputados del BNG. El mar parece tranquilo, pero no lo está tanto, porque si la ejecución del presupuesto va viento en popa y a toda vela, en el horizonte se presentan tormentas en torno al control de Suplusa por parte de la oposición, que ya está en marcha, y para el otoño se anuncia una situación semejante en la fundación que dirige el centro de nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC).

Prueba de que la nueva travesía del buque de San Marcos está en marcha es que solo en el pasado mes de julio, la Diputación inyectó 15 millones de euros a la economía provincial, según cálculos del propio gobierno. Hasta aquí, todos contentos. El ejecutivo está aliviado y liberado de los grilletes que lo tuvieron maniatado durante diez meses, mientras, —por lo publicado o, precisamente, por lo no publicado— la oposición no tiene demasiadas quejas y, al parecer, las que pudieron ir surgiendo a la hora de aplicar el pacto alcanzado se solucionaron sin excesivos problemas en conversaciones directas entre el presidente Campos y la popular Candia.

Pero, la también alcaldesa de Mondoñedo ya dijo, cuando se anunció el pacto para el presupuesto, que su objetivo era el de ejercer una oposición rigurosa y vigilante de la gestión del equipo de gobierno y aunque haya buen entendimiento con las inversiones, el PP no está dispuesto a perder la ocasión que le brinda su posición decisiva en la corporación provincial para sacarle partido, por lo que va a abrir nuevos frentes.

El primero, el control de la Sociedad Urbanística Provincial (Suplusa), ya ha arrancado o mejor sería decir que comenzó en el pasado mes de marzo, cuando el PP solicitó una reunión del consejo de administración, pero Campos, que todavía es el presidente de la entidad dependiente de la Diputación, no la convocó hasta abril y la fijó para el pasado 28 de julio. En la reunión, la mayoría de la que dispone el PP, respaldada por Martínez, permitió modificar los estatutos, decisión que habrá de ratificar la junta general, en la que la oposición también gana en votos. La cuestión es que cuando entre en vigor la nueva normativa, la práctica totalidad de las competencias pasaran a ser responsabilidad del consejo de administración, incluida la elección del presidente, que hasta ahora era por norma también el de la Diputación. Candia podría convertirse así en la presidenta de Suplusa, pero parece que los tiros no van por ahí, porque la popular no está interesada en acumular más cargos y mantiene cierta lealtad institucional hacia Campos en su papel de presidente. Sin embargo, en toda esta tormenta parece que el objetivo es que Suplusa comience a funcionar de una vez para sacar adelante las residencias, porque hasta el momento su gestión estaba prácticamente paralizada. Lo que no podía aprobar directamente el presidente, quedaba pendiente, ya que llevarlo al consejo de administración sería arriesgarse a que la oposición impusiese su criterio. El PP está dispuesto a que el proyecto de las residencias, ideado por Besteiro, acabe materializándose y, en este sentido, opina que, haciendo las cosas bien, podrían incluso acabar recibiendo el apoyo de la Xunta. En este sentido, el PP considera factible conseguir que Política Social concierte plazas en estas residencias presentándose como otras entidades al concurso que convoca el Gobierno gallego.

Lo de Suplusa podría solucionarse a mediados de este mes, fecha prevista para la celebración de la junta general, pero los populares ya tienen preparado otro frente, el control de la TIC, una entidad que durante los años del gobierno de Besteiro, y al margen de su actividad formativa, fue uno de los respaldos básicos de la proyección de la imagen del expresidente. Ahora, la oposición pretende que su papel sea otro y en octubre comenzarán las maniobras para conseguirlo. En resumen, a Campos se le complican las cosas.

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