Opinión

El verano finaliza

HACE UNOS DÍAS me refería a las impresiones veraniegas y hoy se aproxima ya el fin de esta parte del año de la que disfrutamos la mayoría de los españoles y en nuestro caso del norte cantábrico de nuestra provincia. Decíamos también que la atracción turística iba en aumento, pero los originarios de esta parte de la costa no podíamos faltar y la mayoría no hemos faltado durante nuestra afortunada larga vida.

Por todo ello, me gusta recordar las fiestas celebradas en todos los pueblos de la cornisa cantábrica de esta provincia, y concretamente en mi pueblo de San Ciprián, que este es su verdadero nombre , la fiesta de la Virgen del Carmen el 16 de julio, patrona de los hombres del mar, por el que han pasado casi todos los habitantes del pueblo en su época, y la fiesta del 15 de agosto en honor de Santa María Virgen.

Además de estas dos celebraciones importantes, se han celebrado a mayores una serie de fiestas atractivas para el turismo en todos los pueblos de la costa y en San Ciprián la más significativa es la de la Maruxaina, que un día comparé con la Lorelay de los márgenes del Rhin, a su paso por una vaguada entre las dos ciudades de Meinz y Koblenz que, aunque tienen el mismo significado, no se parecen en nada. Por eso en el futuro parecen necesarias las modificaciones de una serie de sucedidos para colaborar más con las autoridades locales en sus intenciones de mantener los derechos fundamentales de la ciudadanía.El turismo se ha incrementado evidentemente en nuestras costa lucense y es imprescindible mantenerlo para la economía de la zona, de la misma forma que en su día comentábamos la necesidad de aumentar la potencia energética. Pero en estos casos es preciso fomentar más los niveles educativos que no se aprenden en la escuela ni en las facultades y dependen mucho de la familia y de la ejemplaridad de las personas públicas y de algunos aspectos de la televisión pública, porque lo público es de todos y todos nos beneficiamos de su buen estado.

También llama la atención a los turistas los nombres de los pueblos, porque estos nombres son eternos incluso cuando sus casas se derrumban y no deben cambiarse por las autonomías y la política. Así lo defendió el gran alcalde de La Coruña, D. Francisco Vázquez, que nunca aceptó el de A Coruña. Así pasa aquí, que algunos viajeros turistas dentro del mismo pueblo me preguntaban en donde estaba San Ciprián, porque en su ruta solo veían San Cibrao. Hay leyes que tendrían mejores destinos. Señalaba el ilustre filósofo Albiac que Cartago y Troya siempre fueron así. Las personas son vulnerables y pasan, pero las ciudades y pueblos son eternos. Y no debemos imitar a Cataluña en donde ya se han puesto múltiples trabas al español en muchos colegios y públicamente en general para fomentar la independencia autonómica desde hace muchos años.

Dispongámonos ahora a despedir el verano desde el mar y desde las playas de San Ciprián ,que son tres magníficas, viendo además entrar y salir del puerto de Alcoa constantemente esos enormes barcos que transportan materiales que produce la empresa y otros que necesita. Habiendo visto también el espectáculo que ha generado la vuelta ciclista a España pasando por primera vez por el pueblo, para seguir por la nueva carretera de la costa al lado del mar hasta Burela.

Comentarios