Opinión

Un Podemos Galicia ‘yolandista’

Sin militar ni haber militado nunca en el partido, Yolanda Díaz será la verdadera triunfadora de las primarias de Podemos Galicia. Eso seguro. El virtual nuevo secretario general, Borja San Ramón, como su antecesor, Antón Gómez-Reino, es un ‘yolandista’ convencido y hasta fervoroso. Pase lo que pase en el proceso interno que los ‘podemitas’ gallegos tienen previsto para principios de diciembre, la ‘nueva’ dirección hará lo que esté a su alcance por ‘sumar’, es decir, por confluir con la plataforma impulsada por la vicepresidenta y ministra de Trabajo. Hay ciertamente sectores de la militancia que recelan de esa alianza o no la ven clara, pero están en franca minoría, o, lo que a fin de cuentas viene a ser lo mismo, aunque fueran bastantes, carecen de capacidad para articular una alternativa viable. Su única esperanza es que la Operación Díaz no cuaje o resulte un fiasco en las urnas, porque entonces el escenario sería muy otro.  

Es como si fueran uña y carne. Gómez-Reino, el rampante líder saliente de Podemos Galicia, está alineado desde siempre con Díaz. De hecho, ha vinculado su trayectoria política a la de quien fuera durante muchos años la coordinadora gallega de Esquerda Unida y una de las principales impulsoras del primer experimento rupturista, que fue la Alternativa Galega de Esquerda (AGE), cuyo otro pilar fue un Xosé Manuel Beiras hoy desencantado. Yolanda también estuvo en la génesis de En Marea, la marca con la que el tándem formado por ella y Gómez-Reino consiguió en 2019 sus dos escaños en el Congreso. Ambos serían después los corresponsables del fiasco que supuso que la marea gallega pasase de segunda fuerza a desaparecer de O Hórreo en las últimas elecciones autonómicas. Hecatombe que, sin embargo, sorprendentemente salieron airosos y premiados.

Borja San Ramón, hasta ahora adjunto a la secretaría general, mano derecha de Gómez-Reino, además de ferrolano como la vicepresidenta, es decidido partidario de que Podemos se sume al proyecto de Yolanda Díaz, aunque sea  con condiciones pero sin reticencias. Esa es una de las razones, tal vez la más poderosa, por la que su mentor aceptó dar un paso atrás —sin echarse a un lado— y cederle el bastón de mando. El nuevo líder sabe que no lo va a ser por méritos propios y por donde tiene que tirar para afianzarse en el puesto y poder algún día volar por su cuenta. Mientras lo mejor para sobrevivir es ser —o al menos parecer— tan ‘yolandista’ como el que más, lo cual para San Ramón, dicen sus cercanos, no supone esfuerzo alguno porque está convencido de que sin Díaz no hay horizonte y mucho menos, paraíso.

Desde fuera siempre dio la impresión de que Podemos Galicia nunca fue del todo podemita o pablista. Tanto Breogán Rioboo como Carmen Santos, sus anteriores líderes gallegos, no acababan de sintonizar con la dirección que entonces encabezaba Pablo Iglesias, con la que acabaron enfrentados o rompiendo. Se sentían tutelados al frente de una organización que a fin de cuentas carecía de autonomía para establecer una estrategia propia o aliarse con esta o aquella fuerza afín. Antón Gómez-Reino contó con el apoyo del aparato del partido —y del mismísimo Pablo Iglesias— tanto para derrotar a la confundadora Carolina Bescansa en las primarias de 2019 como para después asentar su liderazgo con una estrategia bendecida por Madrid. Quién le iba a decir entonces, cuando sus valedores estaban a partir un piñón, que acabaría teniendo el corazón ‘partío’.

Comentarios