Opinión

El talento de Mariano

AHORA RESULTA que Mariano Rajoy era un genio incomprendido. Un as en materia de táctica aplicada a los flujos y reflujos de la política. En materia de servidumbre nada debería asombrarnos porque en orden al análisis periodístico de la actualidad política todo ha sido ya dicho y el resto no anda lejos del plagio. Hasta hace dos semanas, para muchos, Mariano Rajoy era el tapón que impedía la renovación del PP. Proceso apuntado por unos como necesario y por otros como imprescindible. Pero las cosas cambian. Conocido el fracaso de Pedro Sánchez en la investidura, ahora el juicio cambia. Los mismos ya no dicen lo mismo.

Si declinó el ofrecimiento del Rey Felipe VI para presentarse a la investidura presidencial fue porque sabía que Pedro Sánchez fracasaría en el intento

Ahora el tapón (imagen negativa) se torna flotador (imagen positiva). Mariano Rajoy, el mismo dirigente político a quien hasta los suyos criticaban (en voz baja) por su inmovilismo y su contumaz ceguera ante los casos de corrupción, ahora es presentado por sus colaboradores -seguidos a la carrera por algunos comentaristas- poco menos que como un Tayllerand. Un titán en materia de astucia política. Si declinó el ofrecimiento del Rey Felipe VI para presentarse a la investidura presidencial fue porque sabía que Pedro Sánchez fracasaría en el intento. Los mismos que habían oído clamar a Rajoy (y a sus más cercanos colaboradores: Soraya Sáenz de Santamaría y el portavoz parlamentario Hernando) contra el gobierno del Frente Popular que-según ellos -se aprestaba a formar Sánchez en pacto con Podemos-, hablan ahora del genio táctico del político pontevedrés. Hasta hace nada no eran pocos los comentaristas conservadores que exigían la renovación del liderazgo popular porque las encuestas pronosticaban que sin Rajoy el PP obtendría más escaños. Con medias palabras, de éste coro también formaban parte algunos de los jóvenes vicesecretarios del partido (Maroto en cabeza y a más distancia Maíllo y Casado). No las tenían todas consigo. Creían que había llegado el final del ciclo mariano. Ahora -visto que Sánchez, al final, rechazó las infumables exigencias bolivarianas de Pablo Iglesias- sacan pecho y hablan del talento de Rajoy. Es legítimo, pero suena falso.

Si los sondeos que pronostican al PP el 26-J un resultado similar al cosechado el 20-D se cumplen pero Mariano Rajoy vuelve a encontrarse solo (está por ver que Albert Rivera quiera sacrificar su prometedora carrera política uniendo su suerte y el futuro de Ciudadanos a un pacto con un PP en ciclo menguante), Rajoy habría llegado a la meta. Meta que en su circunstancia sería volver a la vida privada. Dado que lleva desde los 27 años en política tampoco sería un drama.

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