Opinión

La verdad es un riesgo

Con cada decisión vamos creando nuestra vida. Somos la suma de lo que hemos decidido. Es evidente que lo que no decidamos, otros lo decidirán por nosotros

"ATRÉVETE A pensar" dijo Kant, pues "el mayor consuelo en la vida es decir lo que se piensa", según Voltaire. "El hombre que no arriesga nada con sus ideas es porque sus ideas no valen nada o porque no vale nada el hombre", dijo Sócrates. Esta afirmación no es incompatible con la de Aristóteles cuando afirma que, "el sabio nunca dice todo lo que piensa pero siempre piensa todo lo que dice".

Según el filósofo estoico Marco Aurelio, "lo que no conviene no se hace, lo que no es verdad no se dice" y, en definitiva, lo cierto es que el sabio puede rectificar, el necio nunca.

Que el valor de la verdad es superior al de la amistad, lo refleja muy bien la frase de Aristóteles, según la cual, "soy amigo de Platón pero soy más amigo de la verdad ".

En defensa de la amistad es proverbial la frase de Sócrates, "sobre el camino de la amistad no dejes crecer la hierba".

Para investigar la verdad es necesario dudar en cuanto se pueda de todas las cosas pues, según un antiguo proverbio, el que no duda nada, nada sabe.

El sabio habla porque tiene algo que decir, el necio habla porque tiene que decir algo. Por eso, Pitágoras decía que "el comienzo de la sabiduría es el silencio", llegando a la conclusión de que escucha y serás sabio. Por eso, la naturaleza nos dio, como dice Zenón de Citio, dos orejas y una sola boca, para oír más y hablar menos.

Como dijo Schopenhauer, no hay ningún viento favorable para el que no sabe a qué puerto se dirige. Esa es la razón de la zozobra e incertidumbre que pesa sobre los hombres cuando no tienen claro el destino o la meta a la que se dirigen. Vivir desorientado es prácticamente no vivir, pues uno sólo es dueño de sus actos cuando es consciente de la finalidad que con los mismos persigue o debe perseguir.

Así, Goethe dice, "lo importante no es donde se esté sino la dirección en que se encamine" y Octavio Paz, "nunca se va tan lejos como cuando no se sabe a dónde se va".

Todo lo anterior nos confirma en la idea de que la peor decisión es la que no se toma o, como dijo Benjamin Franklin, la indecisión, pues "un ser humano es un ser que decide", según Viktor Frankl.

Con cada decisión vamos creando nuestra vida. Somos la suma de lo que hemos decidido. Es evidente que lo que no decidamos, otros lo decidirán por nosotros.

En definitiva, vivir es decidir, y como toda decisión implica un riesgo, es por eso por lo que la vida es arriesgada.

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