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Yosi vive

"UNA NOTICIA que considero algo prematura". Eso dijo un día Umberto Eco sobre un bulo que corría por todo el mundo anunciando su muerte. Sucedió lo mismo el otro día con Yosi, el líder de Los Suaves. Las redes empezaron a echar humo extendiendo la falsa noticia de la muerte de Yosi. A mí me llegaron decenas de mensajes. Hubo hasta quien me dio el pésame por la muerte de mi amigo. Yo supe desde el principio que era mentira. Si Yosi muere algún día él será el primero en saberlo, así que ni siquiera lo llamé para preguntarle por las circunstancias de su fallecimiento. Por eso y porque no tiene teléfono. Alguna vez, cuando le pasan una llamada o él pide un teléfono hablamos, pero siempre para mandarnos un abrazo y decirnos que nos queremos. Nunca hemos contactado para saber cómo hemos muerto.

No sé si se habrá asustado. Me contó una vez que de niño vio a la Santa Compaña. Estaba él, creo que con uno de sus hermanos en un bosque de Ourense, una noche, cuando ante ellos se presentaron las ánimas en procesión: capuchas, velas y campañillas. Se quedaron petrificados durante unos instantes y luego echaron a correr, que es lo que se recomienda en este caso. Así que la relación de Yosi con el más allá viene de siempre. En la portada de 'Malas noticias', aparece Yosi muerto, como el conde de Orgaz, y no creo que haya poeta en España que haya escrito tanto sobre la muerte como él; sobre la muerte suya y sobre la muerte en general.

Imagino que eso es lo que engancha a su público: que sus canciones hablan de gente atormentada por la muerte, por el desamor, por la tristeza o por la propia vida. Vidas tediosas, precarias, vacías, agotadas, rendidas. Tristemente, todo el mundo se identifica de vez en cuando con los personajes que describe Yosi en sus poemas. Por eso tiene un público que lo ama: porque ha escrito la vida de todos ellos, convirtiendo sus temas en himnos de la existencia de cualquiera.


Nadie le consultó, como nadie le preguntó si seguía vivo, que es lo menos que se puede hacer antes de anunciar una muerte: hablar con el interesado


Él sabe que a todos nos preocupa la muerte, la tememos y debemos respetarla. En Combarro tuvo que actuar al día siguiente del accidente del Alvia. 80 fallecidos. Yosi trató de aplazar el concierto pero no le dejaron. Lo contó sobre el escenario: "Hoy queríamos estar con vosotros, pero no aquí. La ley y el contrato dicen: tenéis que tocar. Tenéis que tocar. En Galicia decimos que ponerse detrás de la ley es como ponerse detrás de un burro. Felices fiestas, porque hoy hemos venido aquí a traer tristeza".

Una vez, en su casa de Ourense, entre empanadas y vino, me habló de la muerte. Dijo algo así: "En el último instante comprenderás que lo único que te queda, lo que te llevas de aquí son cien libros, cien poemas, cien canciones. Todo lo demás sobra". Por eso también supe el otro día que la noticia de su muerte era falsa. Pasa demasiadas horas leyendo y escuchando música. Todavía no está preparado para elegir los cien libros, los cien poemas y las cien canciones que todos nos llevamos como único equipaje.

Lo que Yosi experimentará en adelante no es la muerte anunciada, sino un renacimiento. Los últimos días, además de leer que estaba muerto, ha leído en la prensa que el grupo volvía a los escenarios y luego ha leído que la nueva gira se cancelaba otra vez, todo eso mientras sigue de baja médica desde el accidente que sufrió hace casi un año en Santander. Nadie le consultó, como nadie le preguntó si seguía vivo, que es lo menos que se puede hacer antes de anunciar una muerte: hablar con el interesado.

Puede que a estas alturas Los Suaves estén disueltos. De ser así, hoy Los Suaves son Yosi y las decenas de músicos que han pasado por el grupo. También su hermano Charly, de quien la crítica dice que es un bajista regular. Ahora igual Yosi comprende que Suaves han sido muchos. De hecho, no creo que haya otro grupo por el que hayan pasado tantos músicos. Pero Yosi solamente hay uno. Sobre el escenario y en los estudios todos han sido reemplazables menos él, las camisetas que se venden son las que llevan su figura a la espalda y puede que la mochila que viene cargando desde hace décadas es demasiado pesada para seguir arrastrándola.

Confío en que se sienta libre, sea para reunir algún día a su grupo, si es lo que desea, o para emprender una carrera en solitario, que a fin de cuentas es lo que ha hecho siempre, o para terminar alguno de los cientos de proyectos que ha tenido que ir dejando a medias a lo largo de su vida. Canciones que nunca ha podido grabar, por ejemplo. Yo vi carpetas enteras, que me las enseñó una vez. A fin de cuentas, no necesita nada que no tenga porque lo tiene todo: una pareja, Laura, de la que no se despega; piedras, agua y tierra junto a un bosque; y millones de admiradores que nunca le han dejado morir. Y claro, una producción como compositor y poeta de la que casi nadie puede presumir. Teniendo eso, hay más que suficiente para que uno pueda ser lo que quiera ser. Alguien tiene que seguir contándonos nuestras atormentadas vidas.

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