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Será por actores

2017 SERÁ RECORDADO como el año en el que las mujeres y algunos hombres de Hollywood se plantaron ante el machismo de la industria y decidieron denunciar los abusos que vienen sufriendo desde siempre. A los primeros casos, como el del productor Harvey Weinstein y el de Kevin Spacey se fueron sumando decenas y decenas de productores directores y actores que hoy conforman una lista interminable con centenares de denunciantes.

El actor Fatty Arbuckle protagonizó el primer gran escándalo de Hollywood. ADP



Hay quien ya empieza a considerar esto un exceso y habla de caza de brujas. Que tampoco es para tanto; que no es lo mismo darle una palmada en el culo a una chica que violarla. Cuando se empiezan a retorcer los argumentos, mala cosa. Claro que no es lo mismo tocar un culo que cometer una violación, pero eso no quiere decir que ninguna de las dos cosas se pueda hacer.

Roscoe Arbuckle fue, con Chaplin, el actor más conocido de su tiempo. En 1921 firmó un contrato de tres millones de dólares por tres años de trabajo y se largó a San Francisco para celebrarlo con los amigotes. Alquilaron tres habitaciones en un hotel y se pasaron varios días de fiesta. Por allí apareció una aspirante a actriz, Virginia Rappe. Fatty Arbuckle, que ése era su nombre artístico porque era muy gordo, la llevó a una habitación y la violó. La chica empezó a encontrarse mal.

Tippi Hedren esperó a los 86 años para dar a conocer su caso

Le había reventado el bazo. Con ayuda de algunos amigos la metió en una bañera con hielo. Luego, cuando la autopsia reveló que a Virginia la habían penetrado con una barra de hielo puntiaguda, Fatty dijo que no, que ella estaba sangrando y él le metió el hielo para tapar la herida. Varios testigos declararon que durante su agonía, la víctima había declarado que el actor la había matado. Después de tres juicios, fue absuelto a pesar de que las pruebas en su contra eran aplastantes.

Fue el primer gran escándalo de Hollywood. La publicidad que se le dio al asunto hizo perder mucho dinero a mucha gente, empezando por el propio actor. Puede que en esas mismas fechas empezara a tejerse el entramado de agentes, abogados y productores que en lugar de apartar a los acosadores, se dedicó a protegerlos. Todo el mundo sabía lo que ocurría y todos callaban. Eran las víctimas que se negaban a ceder quienes eran apartadas. En muchos casos eran amenazadas o se alcanzaban acuerdos extrajudiciales. Y así durante casi un siglo. Tippi Hedren esperó a los 86 años para revelar que Alfred Hitchcock había abusado de ella. Los abusos sufridos por Judy Garland durante el rodaje de El mago de Oz salieron a la luz casi medio siglo después de su muerte. Natalie Portman dijo que tendría más de cien historias que contar sobre casos de abusos machistas en la industria.

Los ejemplos serían demasiados para ir enumerándolos. El silencio de la víctima, especialmente expuesta por razones obvias, ha dificultado hasta hoy que muchos casos salieran a la luz. Hace poco me contaba una amiga que eso no es en absoluto una cuestión de Hollywood. Me contó que cuando trabajó como becaria en un periódico, todos los días, ella y sus compañeras tenían que sufrir un machismo persistente que rayaba el abuso, cuando no lo alcanzaba. Y que luego, a lo largo de los años, ese machismo le acompaña allá donde va.

Las diferencias entre un tocamiento y una violación las determina el código penal en cuanto al castigo que merecen. Pero pensar que una cosa está bien porque hay otra peor es un argumento de tal pobreza que ni vale la pena extenderse. Lo que está mal está mal, y es bueno que las víctimas, en este caso actrices, reclamen y denuncien cualquier actitud machista. ¿Qué viene un productor y te toca el culo? Pues que lo sepa todo el mundo, sí, para que todos entendamos que hay cosas que es mejor no hacer.

"No estoy diciendo que yo haya hecho cosas similares a lo que él hizo. Al parecer, tocó el pecho a una chica y cosas así, pero se trata de cosas infantiles". Eso es lo que dijo Liam Neeson en defensa de Dustin Hoffman, acusado de abusos. Ése es el peligro: pensar que tocar un pecho a una chica que no quiere que le toquen el pecho es algo infantil sin la menor importancia. Cosas así.

No vamos ahora a negar que muchos de los abusadores o violadores que están perdiendo sus carreras nos gustan. Pero les puedo asegurar que se supera. Hace un par de años yo me hice muy fan de Fatty Arbuckle. Encontré por casualidad una película suya en YouTube, la vi y me gustó, así que me puse a ver todo lo que pude encontrar de él. A pesar de su gordura se movía con gran agilidad y sus gags eran geniales. Las películas que hacía eran extraordinariamente divertidas. Hasta que un día conocí la historia de la violación de la pobre Virginia Rappe. Desde entonces no me hace puñetera gracia. Será por actores.

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