Opinión

Alcoa: lecciones y contradicciones

"SOLO CUANDO baja la marea se sabe quien nadaba desnudo". (Warren Buffett). Ahora que se ha abierto una fundada vía para asegurar la permanencia de la factoría Alcoa en San Cibrao y, con ella, la expectativa laboral para más de 500 empleos directos y muchos otros indirectos, es tiempo propicio para intentar clarificar algunas cuestiones que han monopolizado el debate público durante muchos meses, por lo general para enturbiarlo.

Primero. La cuestión de la energía, la tarifa eléctrica, no es como se ha pretendido la razón única, ni la más sobresaliente, que explica el intento de cierre por parte de la multinacional. Como han demostrado los últimos meses (con otros factores en escena como el precio del aluminio en los mercados internacionales o la denominada sobre producción) y tras la reducción sostenida por segundo año consecutivo del precio del megavatio para grandes consumidores, se trata en lo esencial de una decisión estratégica de la dirección de la empresa para deslocalizar la producción y no vender la planta a un competidor.

Segundo. La crisis ha sido una excusa para que fundamentalmente desde la derecha se haya desatado una batalla política con el único objetivo de intentar dañar al Gobierno socialista, relegando los intereses reales de los trabajadores. Sería deseable, aunque muy improbable, que a conocidos responsables públicos del PP de la provincia y comunidad les alcanzase algún pudor por la ristra de falsedades vertidas en estos meses en las que han ceñido toda la cuestión al precio eléctrico y a la supuesta falta de voluntad del Gobierno socialista. La realidad ha acabado por desmentir los simplismos electoralistas y poner en evidencia a sus autores.

Tercero. Las últimas semanas también han revalidado como, lejos de la confrontación y el recurso a un partidismo descarado, el trabajo conjunto entre instituciones liderado por el Gobierno de España a través del Ministerio de Industria, acompañando la lucha de los trabajadores, han conseguido detener el anunciado cierre y abrir una expectativa para tantas familias y para A Mariña entera.

Las próximas serán cruciales para materializar una posible operación de venta a un nuevo inversor que es la solución que está sobre la mesa. La alineación de esfuerzos (Gobierno-Xunta-comité y federaciones sindicales) seguirá constituyéndose en la condición necesaria para afrontar este periodo decisivo en el que está en juego un futuro para la factoría.

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