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Juanatey, el fichaje que no fue

FUE EL HOMBRE más cortejado en los últimos meses, pero dijo no. A unos y a otros. Juan Carlos González Juanatey, jefe de Cardiología del Hula y luchador infatigable por que el hospital lucense tenga los servicios que necesita -según su criterio, más que justificados si se tiene en cuenta el número de potenciales pacientes, el impacto sobre el pronóstico y el nivel de seguridad- recibió propuestas de las dos principales formaciones políticas para formar parte de sus candidaturas al Concello de Lugo. Él no lo confirma. Dice que mantiene relaciones con personas de todos los partidos, que por su labor en el Hula recibe continuamente ofertas y consultas de mucha gente -"agradezo que me pidan opinión", afirma- y que si ha tenido propuestas para entrar en política es algo que "queda dentro do ámbito privado. Non é unha cousa pública", dice. Y deja claro que de momento no se le ha pasado por la cabeza tal posibilidad. "Se algún día dou ese salto será con todas as consecuencias, dun xeito público e transparente", afirma, a la vez que remarca su compromiso con Lugo a través del servicio público que dirige y por cuya mejora no dejará de luchar, asegura. El Hula consiguió Hemodinámica de ocho a tres hace algo más de un año y ahora el objetivo es que funcione las 24 horas.

El hermetismo del cardiólogo es total pero la realidad es que, de una forma u otra, tanto el PSOE como el PP intentaron ficharle sabedores de que el retraso en la puesta en funcionamiento de los servicios pendientes del Hula y la lucha política y social a que dio lugar condicionará el voto de los lucenses el 24 de mayo. Es difícil saber si mucho o poco, pero influirá. No es casualidad que José López Orozco lleve cinco profesionales del ámbito sanitario en su lista y que rondara a González Juanatey. Era totalmente previsible que lanzara el anzuelo a una de las personas que encarna la lucha sanitaria de Lugo, lo que le ha costado el enfrentamiento con la consellería. Mucho menos probable era que el facultativo dijera que sí, y eso que no tiene reparo en afirmar que a veces las decisiones que se toman en el ámbito sanitario, como en otros ámbitos, son políticas y están condicionadas por las personas que asesoran a los políticos. Lo único bueno, concluye, es que ningún político es eterno y que después de uno viene otro. A veces ni siquiera ese cambio es necesario. Sucedió con la Hemodinámica de 8 a 3. Costó sudor y lágrimas conseguirla, pero se logró. "E agora todo o mundo está encantado. Funcionamos seguido, melloramos o pronóstico, ¡salvamos vidas!", afirma.

Por eso Juanatey no pierde la esperanza. Todo lo contrario. Está persuadido de que antes o después Lugo tendrá Hemodinámica 24 horas, con uno de los mejores hemodinamistas de España y con autonomía de funcionamiento. Quizás fue ese convencimiento, unido a que la entrada en política le supondría pérdida de crédito ante muchos ciudadanos y a que las posibilidades de modificar el curso de los acontecimientos desde una silla de la corporación local serían pocas, lo que le hizo rechazar la oferta socialista.

La proposición del PP es otra cosa. Hay que reconocer que es de valientes que el partido que en Santiago se resiste a ampliar el servicio que dirige Juanatey se atreviera a hacerle tal ofrecimiento. A no ser que fuera con alguna contraprestación, aspecto del que no hay constancia.

El riesgo de llevarse un portazo en la cara era alto. Más aún cuando la gestión que el PP lucense hizo de la lucha social por los servicios del Hula fue nefasta. Que Jaime Castiñeira, alcaldable popular, consiguiera el favor de Juanatey habría sido el golpe del siglo. Y pueden estar seguros de que el partido lo intentó hasta el último momento. Seguramente esa fue una de las razones por las que agotó el plazo para presentar la candidatura, aunque la respuesta del cardiólogo era negativa desde hacía días.

En el PP hay quien ya se plantea la posibilidad de tener que pactar y quien mira a Ciudadanos


Como el PSOE, el PP se quedó sin el que sería su fichaje estrella y optó por presentar una lista casi idéntica al actual grupo municipal, aunque en un orden que llama la atención y que dejó descontento a más de uno. Sorprende que la médica Encarna Amigo continúe en el tres, cuando mucha gente la daba en puestos mucho más retrasados por su discreto papel en estos años y su palpable malestar con las decisiones de Sanidade respecto al hospital lucense. Y llama la atención también la relegada posición de Mari Teijeiro, una de las ediles con más don de gentes y que más ha bregado estos años por la delicada área de la que se ocupa (servicios sociales), o de Juan Carlos Plaza, un neófito de la política que resolvió muy bien la difícil papeleta que el portavoz le dejó en muchas ocasiones, como los debates de las preferentes o la defensa de las duras medidas económicas aplicadas por los gobiernos del PP. Otra incógnita era qué iba a suceder con Enrique Rozas. Castiñeira tiró por el camino del medio y decidió mantenerlo en el mismo puesto. Castigarlo era arriesgado porque el edil suma votos, pero a mucha gente le resultará difícil confiar en que, tras cuatro años de desencuentros, en el futuro las cosas vayan a cambiar. Y si entenderse siempre es deseable, en un equipo de gobierno parece imprescindible.

Para completar el equipo con el que Castiñeira buscará la mayoría absoluta, el candidato fichó a la presidenta del colegio de Veterinarios, Ana López Pombo; a la médica del centro de salud de Illas Canarias Carmen Penelas, y a la estudiante Yaiza Neira. A diferencia de la primera, que no es militante, Penelas tiene pedigrí. Hace años fue candidata del PP en Monterroso, mientras que Neira es presidenta de Novas Xeracións. De Pombo sorprende que no tenga intención de dejar la representación de los veterinarios -un colectivo nada contento con la Xunta en los últimos años- ni siquiera aunque el PP gobierne. Aunque no es la única, porque la presidenta de los farmacéuticos, integrada en la lista socialista, tampoco ha manifestado intención de hacerlo.

Castiñeira se agarra a que si en 2011 ganó las elecciones con una lista casi igual a la de ahora (a mayores iban Arcadio Silvosa, José Manuel Barreiro y Cristina Ares), con cuatro años más de experiencia y el trabajo demostrado, el respaldo aún será mayor. Es una forma de verlo. La otra es que ese trabajo no haya convencido y que el continuismo se deba a la dificultad para incorporar a gente nueva. En el partido hay quien no las tiene todas consigo y ya especula con pactos. Tras años denostándolos, el propio Feijóo ha abierto esa puerta y el mejor situado parece Ciudadanos. También en Lugo, donde esta semana el partido que encabeza Olga Louzao ha adelantado que los únicos requisitos para pactar con otra formación serán que no tenga imputados y que haya coincidencia programática. Las cartas están echadas, toca jugar.

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