Opinión

Un mal trago

QUE EL presidente del Gobierno tenga que declarar en la Audiencia Nacional por el caso Gürtel, que tiene que ver con la presuntamente con la financiación ilegal de su partido, es una evidencia de que en nuestro país funciona la Justicia. Puede ser lenta pero funciona, pero no es una buena noticia que un Presidente de Gobierno se tenga que sentar ante un tribunal y dar cuentas sobre corruptelas en su propio partido por más que en el PP están convencidos de que Mariano Rajoy saldrá airoso de la prueba demostrando que él nada ha tenido que ver con la financiación del PP ni mucho menos con los gastos del partido en las elecciones.

Lo cierto es que los dirigentes del PP llevan años mirando hacia otro lado, tapándose la nariz para evitar el olor a podrido que emana de algunos despacho de Génova 13, como demuestra el caso Gürtel, la trama de Púnica, etc, etc, etc.

No ha sido hasta fechas recientes cuando los populares, obligados por las evidencias, han asumido que los casos de corrupción estaban carcomiendo su propio partido.

Dicen desde el PP que el Presidente se ha preparado a fondo su comparecencia ante la Audiencia Nacional y que podrá explicar punto por punto su falta de responsabilidad en esas corruptelas.

Pero más allá de las responsabilidades legales están las políticas, y Rajoy, como el resto de los dirigentes de su partido se instalaron en la negación de hechos evidentes acusando a diestro y siniestro de pretender una causa general contra el PP. Es decir les faltó el valor político de abrir las ventanas y limpiar su propia casa cuando afloraron las primeras denuncias de corrupción y financiación ilegal.

Serán los tribunales quienes decidan la responsabilidad o no de Mariano Rajoy en este asunto, pero admitamos que ver a un presidente sentado ante un tribunal por un caso de corrupción no es algo que se vea habitualmente en otros países de nuestro entorno. Aunque desafortunadamente en nuestro país no han sido pocas las ocasiones en que en distintas citas electorales han resultado elegidos los mismos partidos acusados de corrupción. En eso confían en el PP, en que una vez que amaine el temporal de la comparecencia los ciudadanos se olviden de lo sucedido.


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