Opinión

El sistema educativo está pasado de vueltas

Las vueltas con el nuevo currículum del bachillerato nos presenta sobre la mesa que el sistema educativo de España lleva años transformándose, haciéndose y deshaciéndose. Es una guerra entre los que llegan y los que están, aqueos y troyanos en lucha constante mientras el pueblo espera tejiendo y destejiendo como Penélope sin querer casarse con nadie. En el año académico 2022-2023 el título de bachillerato tendrá el fleco de una asignatura suspensa; aunque no conste en el título enmarcado. Se trata de superar informes y evaluaciones que indican el desastre de nuestros índices europeos. La educación viene a unirse al momento de cambios y perplejidades que estamos pasando de globalización, posmodernismo, poscolonialismo, poscrisis, poscovid y la guerra. En España todas las medidas se entienden para subsanar que nuestro país tiene la tasa de abandono más alta de la Unión Europea, una elevada repetición y que invierte en educación más o menos lo mismo que la media de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos); pero el 80% de ese gasto se dedica a pagar los sueldos y el número de horas lectivas que es superior a la media y la ratio de alumnos por profesor, que es inferior a la media. Todas las pruebas de la OCDE a las distintas etapas educativas españolas colocan al país en la cola de la Unión Europea en Educación. El informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (Pisa) lo ratifica y también las diferencias de nivel entre las comunidades autónomas de hasta un curso y medio. Hay pocos alumnos excelentes y mucha medianía. Y siempre está lo que cuesta al erario público el fracaso de los que repiten.

Los países asiáticos China, Corea y Japón son de medalla en Educación junto con Suiza, Holanda o Finlandia. Que la asignatura de Historia se centre en la etapa contemporánea desde 1812 en el segundo curso de bachillerato es algo que rige en otros países y como la palabra globalización manda pues a ser iguales. El texto también recoge que podrán someterse a exámenes de recuperación y que por circunstancias temporales o personales en vez de 2 años el alumno curse el bachillerato en tres cursos y se impone el sistema online cuando quede limitada la oferta de materias. Todo esto nos lleva a recargar al profesor. Su papel es decisivo para ver si son logrados los objetivos por parte del alumno y no importa las tormentas que haya porque tendrán que llevar el barco a puerto. En España se han aumentado los recursos pero no acaba de modificarse el modelo educativo y esa es la verdadera asignatura pendiente. Los que saben dicen que se necesitarían evaluaciones externas para rendir cuentas y para ello habría que incrementar la autonomía de los centros. Hagámosles caso. Hay mucho que ganar.

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