Opinión

Sin saber de cuál plato comer

AL TURISMO en la provincia de Lugo le ocurre lo mismo que al asno de Buridán, que ante dos platos idénticos de heno se muere de hambre por no saber de cuál comer. Aquí hay tantos recursos por vender que nadie sabe en cuál centrarse para hacer despegar al sector. Esta división de esfuerzos, en la que cada uno rema para donde le da la gana, ya da lugar a paradojas como la de ese Portomarín que sueña con atraer visitantes gracias a las ruinas de los pueblos que emergen del río cuando el embalse pierde caudal, mientras que en el resto de la provincia dejamos que la muralla, el Camino o As Catedrais se arruinen por carecer de planes para su explotación racional.

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