Opinión

El precio del agua lunar

LA llegada de la Chandrayaan-3 al polo sur de la luna abre para la humanidad una oportunidad colonizadora como hace siglos que no se le presentaba.

Una nueva fiebre del oro en esa previsible carrera por hacerse con los derechos de explotación de las ingentes reservas de hielo de nuestro satélite.

Un agua que, si nadie lo remedia, será nueva fuente de conflictos y otra disculpa para matarnos entre nosotros ante la posibilidad de negocio que podrá generar.

Depredadores bursátiles en busca de licencia legal para saquear un nuevo territorio a cambio de crear miles de empleos con alojamiento y comida gratis en una apartada aldea lunar.

Y es que aunque la capacidad tecnológica y el ansia depredadora del ser humano le permite alcanzar metas inalcanzables para cualquier otra especie, la realidad es que nunca logramos aprender de nuestros errores pasados y una y otra vez volvemos a repetir la historia.

La misma que hará que en poco tiempo nos pirremos por la moda de comprar elegantes frascos con la etiqueta ‘Manantial lunar. Gran reserva 2023’, a un precio mucho más alto que los diez euros que el youtuber Pablo Cabezali pagó en Ibiza por una botella de cuarto de litro de agua sin gas, pero de origen terrestre.

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