Opinión

El placer de leer en el tren

ME PREGUNTO en qué pueblo vive Mónica, la protagonista de la última campaña del Ministerio de Hacienda. La chica, gracias a lo que pagamos todos, ha aceptado un trabajo en la ciudad porque gracias al tren puede desplazarse todos los días desde su domicilio y, además, aprovechar los trayectos para disfrutar de su pasión, la lectura. En el anuncio, que se publica estos días en muchos diarios, se ve a Mónica afortunada y feliz. Pero si lo que realmente apasiona a la joven es la lectura, yo de ella me vendría a vivir a Lugo. Aquí podrá esperar a por ese tren, que nunca llegará, que la lleve a su casa de a A Mariña, A Ulloa o A Montaña. Tampoco tendrá ninguno a la capital gallega y los pocos que encontrará a otros lugares serán lentos e incompatibles con su horario laboral. Mónica se podrá sentar en la estación de Lugo y leer toda la obra de Ken Follet, ‘El Quijote’ y hasta una guía telefónica, si todavía encuentra alguna. Y todo, gracias a nuestros impuestos.

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