Opinión

Difícil de digerir

HAMILTON CAMINA catapultado hacia su tercer título y en los retrovisores de su Mercedes no se atisba otro monoplaza capaz de inquietarlo. El británico parece tenerlo todo de cara este año. Ya no solo se ha acostumbrado a gestionar eficazmente la presión sobre la pista, sino que también es capaz de hacer lo mismo con la de sus neumáticos y librarse de una sanción que, de producirse, hubiese traído algo de emoción a la clasificación general del campeonato. Sobre la pista de Monza no se vio, en definitiva, nada excesivamente distinto a lo que llevamos presenciado durante todo este año. Es decir, el aplastante dominio de Mercedes. Pero la mente de muchos aficionados al motor no estaba ayer en Monza. El trágico accidente del Rallye de A Coruña es algo que afecta a todos los que disfrutan del automovilismo y, aunque el riesgo es algo asumido por todos cuantos se suben a un coche de competición, que la fatalidad se cebe entre los que únicamente van a disfrutar de un espectáculo es una realidad que no resulta fácil de digerir.

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