MUCHAS PERSONAS se pasan la vida creyendo que su talento natural las va a llevar al éxito. A tener el mejor puesto de trabajo, a conseguir los mejores resultados académicos, a vivir el futuro que creen que se merecen. Es como si todo eso les fuese a llegar solo, sin tener que luchar por conseguirlo, creyendo que con su capacidad ya es bastante. Gente que establece grandes metas pero no el camino para alcanzarlas. Ocurre que, muchas veces, el talento no es tal o no es suficiente. El esfuerzo y el trabajo duro, la paciencia y la determinación para establecer la hoja de ruta hacia un objetivo son los compañeros más valiosos del viaje. Trabajar todos los días con una perspectiva de futuro bien trazada, sabiendo que las cosas no caen del cielo. Esas personas son las que acaban teniendo el más valioso de los éxitos: la satisfacción personal. La seguridad de que, pase lo que pase, su cabeza no podrá hacerles ningún reproche.
