Opinión

Vuelve el chico "Top Gun"

"YO NO tengo carácter ¡soy el carácter!", me dijo un día. Y vaya si es cierto. Ha logrado todo lo que se ha propuesto. Con profesionalidad y perseverancia ha conseguido el favor de la crítica que, durante mucho tiempo, no veía en él más que a un chico atractivo. Ahora su carrera es envidiable, su fama ya es universal y su poder en Hollywood ya nadie lo discute. El joven de Cocktail o Risky Business se hace mayor, pero no tanto como para no volver a interpretar, treinta años después y con su cara de eterno adolescente, al teniente Maverick en Top Gun 2.

Cincuenta y tres años le contemplan (3/07/1962) y una vida digna de un guión en alguna de esas películas, que rompen las taquillas con su sola presencia. Tom Cruise ha sobrevivido a campañas de desprestigio, a dudas sobre su condición sexual, a leyendas cargadas de fantasía y a momentos que han servido de mofa en programas de televisión. Sin embargo, ha salido airoso de toda controversia, ganado cuantas querellas presentó contra quienes le cuestionaron y seguido con su vida "con la cabeza bien alta", a pesar de que todos esos triunfos de nada le valen en las mentes mediáticas.

Soy una gran defensora de la profesionalidad del actor de Siracusa. He podido entrevistarle en tres ocasiones y organizado la presencia de vips en cinco de sus películas. Es educado, puntual, meticuloso, galante, agradecido. Nadie, o al menos pocos he conocido, que valoren como él el poder del marketing, de los seguidores y de la prensa. Es cierto que, cada vez que anunciaba visita promocional a España, los gabinetes de comunicación de las distribuidoras se cuadraban y sacaban a relucir unos nervios provocados, en su mayoría, por la meticulosidad del programa que suele exigir.

En contra de las leyendas, que circulan por los diferentes ambientes, no es de los actores que exige excentricidades. Nada de hoteles con habitaciones blancas de paredes negras

En contra de las leyendas, que circulan por los diferentes ambientes, no es de los actores que exige excentricidades. Nada de hoteles con habitaciones blancas de paredes negras, ni pisos enteros del hotel para él. Por la implicación que he tenido en la organización de sus premières, he conocido los pormenores de sus peticiones. Mediáticamente vende más decir que ha pedido a un hotel que remodele toda una habitación, que decir la verdad. Solo pide hoteles con gimnasio y frutas, zumos y agua en su habitación. Esa es la realidad.

Recuerdo que, en su última visita a Madrid, se publicó que Cruise había cambiado todo el programa previsto en la agenda de la promoción porque había decidido acercarse a la iglesia de la Cienciología, que se encuentra frente al hotel Palace de Madrid. Nada más incierto pero, como ni el actor ni su gente van a desmentir ese tipo de rumores, la inexactitud va creciendo y convirtiéndose en noticia.

Si algo le ha enseñado esta profesión es que "nada es para siempre. Yo nunca me doy por vencido. Siempre quiero más. Soy un insatisfecho permanente. Creo que soy excesivamente perfeccionista y tengo que reconocer, que no he perdido ni un ápice del espíritu luchador que me llevó a querer triunfar en el cine. Tengo muy claro que, lo que realmente me gusta, es afrontar riesgos. Y, en este trabajo, cada día hay más".

@amalia_enriquez

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