Opinión

Unidos por un día

Bueno es que aunque sea un por un día —o por unas horas o por lo que dura un solemne acto— se aparquen las diferencias y se escenifique una unidad que realmente no existe en este país. Dicen que las apariencias engañan. Pero a veces son necesarias, porque, como sostenía Maquiavelo, "pocos ven lo que somos pero todos ven lo que aparentamos". Por ello el acto de ayer en el Palacio Real sirvió al menos para reconciliar por unos minutos a las dos Españas, a republicanos y monárquicos, a separatistas y constitucionalistas... El rey Felipe VI pidió a todos «respeto y entendimiento» durante el homenaje a las víctimas del coronavirus. Son más que dos palabras. Son dos pilares básicos para construir un futuro esperanzador, una sociedad más tolerante y constructiva, más unida y posiblemente mejor.

Llamada a la responsabilidad

Hablando de apariencias, es cierto que cada vez se ve a más gente con mascarilla por la calle. Pero algo se está haciendo mal porque los contagios se disparan. No hemos llegado a agosto, que es cuando tradicionalmente se produce el mayor éxodo vacacional, y las cifras vuelven a preocupar. Así que no bajemos la guardia ante un enemigo, el virus, que está dispuesto a seguir dando batalla.

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