LO DIJO Cayetana Álvarez de Toledo: "Soy una feminista amazónica de la escuela de Camille Paglia". Y algunos periodistas se quedaron como si tal cosa. Estupefactos y sin saber qué preguntar o rebatir, como les pasó a varios dirigentes del PP. Otros interpretaron que lo que en realidad había dicho era "femenista masónica". Así es la portavoz parlamentaria del PP: un verso suelto en la calle Génova, una mujer muy dotada intelectualmente y una apuesta demasiado arriesgada de Pablo Casado, seguramente aconsejado por José María Aznar. Ser culta y tener voz propia es algo positivo en la vida. Pero no siempre en la política, donde se valora más la lealtad, el trabajo en equipo y sobre todo la capacidad de empatizar, lo que no son precisamente los puntos fuertes de Cayetana, que es percibida como elitista y un poco soberbia por muchos militantes y simpatizantes de su partido.
Tres amazónicas en el Emevé
Las jugadoras del Emevé que ayudaron a detener a un ladrón ejercieron, sin pretenderlo, de amazónicas, como las heroínas de ficción. Esto es, de mujeres que enfatizan la destreza física para lograr la igualdad. Y, añadiríamos, de ciudadanas ejemplares. Como lo son en la práctica deportiva.
