Opinión

Un simple aviso

Lo que ocurrió en Mallorca es un aviso. No se trata de criminalizar otra vez a los jóvenes, cuyo mayor y único delito es precisamente ese: ser jóvenes y tener un irrefrenable deseo de disfrutar a tope de la vida tras muchos meses limitados por una extraña pandemia. De lo que se trata básicamente es de evitar que situaciones de este tipo puedan volver a producirse. Sí, ya sabemos que es de ingenuos pedir algo así cuando queda un largo verano por delante, no hay vacunas para todos, mucha gente ansía regresar a la normalidad y en Gandía y el Algarve portugués —por poner solo dos ejemplos— ya ocurrió algo parecido. Pero con un poco de cabeza puede haber espacio para todo. Para la diversión y para no poner en peligro al prójimo, que es lo deseable.

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