Opinión

Un hombre serio

No fue Alberto Núñez Feijóo el único triunfador el pasado domingo. Aunque con unos resultados más discretos (31 diputados frente a los 41 del gallego), Iñigo Urkullu no solo logró retener el poder sino incluso reforzar la mayoría simple del PNV, ese partido que siempre acaba ganando las elecciones en el País Vasco. Tímido, educado, nada estridente, serio, tranquilo y para algunos un pelín soso, aunque dicen que mejora en las distancias cortas, el lendakari sabe ganarse el respaldo de nacionalistas y no nacionalistas, algunos de los cuales admiten que le votan porque les transmite confianza. Llegó a confesar que estuvo a punto de estudiar para cura pero al final acabó haciendo Magisterio y casándose con la hija de Arrieta I, un mítico futbolista del Athlétic de Bilbao. Brinda con agua, huye de las cámaras, negocia con discreción y hace poco ruido. Tanto es así que muchos ni siquiera se han percatado de que lleva casi ocho años en la Lehendakaritza y que continuará al menos otros cuatro.

La "evolución" de los sabinistas

"No escondemos a Arana, pero evolucionamos", dice Ortuzar, presidente de un siempre bicéfalo PNV. No renuncia a sus ideas nacionalistas pero parece satisfecho con esta etapa de cierta "calma".

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