La PERSPECTIVA histórica lo explica casi todo. Líderes denostados en su época acabaron gozando de un prestigio inimaginable. Nada como dejar que pase el tiempo y tomar distancia. Un ejemplo lo tenemos en Adolfo Suárez, cuyo éxito electoral fue efímero. Pese a ser muy cuestionado cuando gobernaba, pasó a la historia como gran referente de la Transición. Otro ejemplo: Manuel Azaña, de quien se cumplen 80 años de su muerte en el exilio francés de Montauban. Lo apodaban El Verrugas y despertaba tantas fobias como filias. Pero hoy es uno de los políticos más citados en el Congreso, que lo recordó días atrás como "figura de consenso". Paralelamente cinco historiadores analizaron su trayectoria para Abc y en lo que todos coincidieron es en su brillante oratoria y su solidez intelectual. De sus habilidades como gobernante tienen más dudas y discrepancias.
No era una persona cualquiera
Visto lo visto, está claro que Maradona no era "una persona cualquiera", como canta Calamaro. Lo ilustra su anécdota con Fraga. Coinciden en un vuelo Buenos Aires-Madrid. Un directivo del Barça los presenta. Nube de fotógrafos en Barajas. El de Vilalba se atusa pensando que es por él. Pero ni lo ven. Las cámaras solo enfocan al chico argentino.
