EL CHISTE es tan viejo que ya no hace ni gracia: "¿Por qué hay tantos funcionarios ateos? Porque creen que no puede haber otra vida mejor". Es viejo y también injusto con la gran mayoría de ellos, entre los que se encuentran —no debemos olvidarlo— los que en plena pandemia se juegan el tipo para ayudarnos. Gente poco implicada en el trabajo (o sin engagement, como dicen ahora los modernos) la hay también en el sector privado. Y en abundancia. Pero quizá bajo el manto protector de un puesto fijo puede llevar a casos sangrantes. Ahora que se ha reabierto el debate en Lugo y que en otros municipios más pequeños de la provincia algunos políticos están casi secuestrados por trabajadores del Concello, quizá habría que darle por una vez la razón a Gonzalo Pérez Jácome, el regidor de Ourense, que el otro día acudió a vigilar personalmente el horario del personal y vio confirmadas sus sospechas. "Fue una cachada monumental", escribió. Como decía Lenin, "la confianza es buena pero el control es mejor".
Pasado y presente de la banca
Hablando de puestos estables o para toda la vida, pocos sectores en el pasado mejores que la banca para ello. Pero los tiempos cambian y este 2021 va a batir todo un récord de despidos en todo el país.
